sábado, 16 de mayo de 2009

El poder de la mente

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La mente a veces me desconcierta, me altera y en más de una ocasión me supera.


No digo que siempre sea malo, pero llega un momento en que siento que me llega a controlar y cuando me quiero dar cuenta he caído de nuevo dejándome llevar por su poder.

Puede que sea el bubsconciente. Esa conciencia interior escondida, que logra subir a nuestra consciencia haciendo que nuestra mente se ponga en marcha y nos bombardee con nuevos pensamientos.


Muchas veces, cuando paseo me propongo dejar mi mente en blanco y disfrutar de la música que estoy escuchando y del paisaje que veo. Vivir ese momento. Pero cuando estoy casi llegando a mi destino, me doy cuenta que no me he enterado de la música y me he dejado llevar de nuevo por mis pensamientos, muchos de ellos intrascendentes.


Hay momentos en los que uno está preocupado por algún motivo. O al contrario, algo ha sucedido por lo que se siente de una forma especial y más alegre. En estos momentos mi mente se evade a esas sensaciones pasadas reviviéndolas de nuevo.

Si es una situación positiva es bueno, uno vuelve a disfrutarlo. Pero si la situación no ha sido buena y ha ocasionado dolor o enojo, no es agradable tener que volver asentirla, el dolor se vuelve a sentir.


Quisiera poder controlar mi mente y decidir cuándo deseo sentir o pensar. Cuándo relajarme y cuando analizar las cosas.

Quisiera poder poder disfrutar de lo que estoy viviendo, sobre todo si yo me lo he propuesto.

Me cuesta y me da rabia el ver cómo ha terminado ese momento que tanto esperaba y no lo he disfrutado.


Vivimos influidos por la información que recibimos. Buena parte de ella contaminada por aquellos que quieren controlar lo que deberíamo pensar y hacer. Los que nos dicen a quién debemos creer, quién o qué es lo mejor para nosotros, cuándo debemos hacer determinadas cosas...


Toda esta información, ya sea buena o mala, queda dentro de nosotros. Tenemos una gran capacidad de retención.

Ya lo deseemos o no, buena parte de lo que oímos o leemos queda grabado en nuestra memoria y está dispuesto a salir afuera en cualquier momento. Siendo uno de ellos cuando más relajados estamos.


Pienso demasiado, le doy demasiadas vueltas a las cosas y tengo demasiada información en mi cabeza como para dejar la mente en blanco y relajarme.

Hace poco alguien me dijo que se puede ejercitar la mente para vivir el momento y no dejar que lo demás nos influya: Vivir el ahora.


Me gustaría intentarlo, ser la dueña de mis pensamientos

Es un reto más que me propongo y que deseo conseguir:

Disfrutar más de lo que tengo y decidir yo misma qué quiero pensar y cuando.


uxue

4 comentarios:

Carmen dijo...

Tienes razón, nuestro pensamiento fluye como el torrente de un río. Yo tampoco lo puedo controlar, me desborda constantemente. Para contorlar la mente debe necesitarse mucho dominio. A veces una tiene una preocupación entre ceja y ceja y por mucho que quiera apartarla de su pensamiento no lo consigue. A mí me puede la noche, cuando despierto en la madrugada mi mente es un tropel de pensamientos desbocados y siempre se quedan persistentes los que más quebraderos de cabez me dan. ¿Por qué será?

uxue dijo...

Exactamente, aquellos pensamientos que menos deseamos tener son los que nos atormentan en horas tempestivas.
Qué agobio!!

Anónimo dijo...

SI TODO LO K DICESS ES LA VERDADD!!! EL PODER MENTAL ES INCREIBLEE, ES TAN INCREIBLE COMO ALGO NOS PUEDE CONTROLAR TOTALMENTE!!

uxue dijo...

Bienvenido anónimo.
Nos puede controlar en algunos momentos, pero de nosotros depende que no nos controle siempre y de manera absoluta.
Saludos

El lugar que me rodea

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