martes, 28 de abril de 2009

La Oreja De Van Gogh , (Jueves , 11 de marzo)

Preguntas trampa



Hay preguntas que contestarías sin problema alguno si te las planteara un amigo.
Sin embargo, si es ella quien te las hace, se convierten en «preguntas trampa».

Yo llamo «preguntas trampa» a esas preguntitas que parecen inocentes y que tu pareja te hace para que te sientas culpable, aunque no hayas hecho nada malo...

Por ejemplo, te has ido a cenar con los companeros y cuando vuelves, ella está esperando en la cama, preparada con su pregunta trampa:
-¿Qué tal te lo has pasado?
Mucho cuidado con lo que le contestas, porque si le dices:
-Huy, muy bien, me he reído más con María...
¡No, no, con María-no, con el de administración.
Ya, la has cagado. Se dará la vuelta y pondrá su culo de barrerá entre los dos.

Tampoco puedes decirle que te lo has pasado regular, porque te dirá:
-Pues entonces, ¿para qué vas? Todos los años dices lo mismo y todos lo años vuelves.
Y pondrá su culo entre los dos.

Vamos, que si quieres tener su culo a favor, sólo hay una respuesta posible:
-¡Mal, me lo he pasado muy mal!

En las relaciones de pareja hay que estar siempre alerta, porque cuando menos te lo esperas, te lanzan el anzuelo a ver si picas:
-¿Te gustó el vestido que llevaba Marta el jueves?
En este caso sólo hay una respuesta posible:
-¿Cómo era? No me fijé...
Porque, como te haya gustado e incluso si no te ha gustado, la siguiente pregunta es:
-¿Ah sí? ¿Y cómo iba yo vestida?

Y es que hay una ley inquebrantable con respecto a sus amigas:
Nunca le digas que su amiga es guapa, por mucho que insista.

Si te pregunta:
-Está guapa mi amiga Sara, ¿verdad?
¡Danger! ¡Peligro! ¡Calavera con dos palitos!
-¿Tu amiga Sara? Pero si parece un calamar...
-Pues ahora que ha adelgazado está muy bien.
-¿Que ha adelgazado?. ¡Pues como no sea de los codos!.
¡Nunca lo admitas! Te diga lo que te diga, tú no cedas:
-Pues la han elegido Miss Mundo.
-Estará comprado el jurado...

Hay una pregunta trampa a la que yo le tengo auténtico pánico:
-Cariño, ¿tú crees que estoy más gorda?
En este caso es importantísimo la reacción rápida, no dejes pasar ni medio segundo antes de contestar:
-¡No! ¡No estás gorda!
No se te ocurra dudar lo más mínimo, porque como le digas:
-Pueeees, no sé... No.
Ella saltará:
-¿Cómo que no lo sabes? ¿Es que no se ve? ¡Pues yo sí que veo que tú estás más gordo! ¡Que se te ha puesto la papada como una saca de correos!

De todas formas, no os hagáis muchas ilusiones porque tengo que decir que hay algunas preguntas trampa en las que contestes lo que contestes quedas mal. Yo creo que antes de hacerte una de ellas te deberían leer tus derechos, porque cualquier cosa que digas será utilizada en tu contra.

Por ejemplo, si durante una limpieza general, ella dice:
-¡Huy!, aquí hay una foto de tu ex. ¿Qué hago con ella?
Macho, estás perdido. Si le dices:
-Rómpela.
Mal, porque te dirá:
-¿Qué pasa, que todavía te afecta cuando la ves?
Pero como le digas:
-Mujer, las fotos no se rompen. ¡Mal!
-Ah, ¿no? Pues no sé para qué la quieres. ¿Qué pasa, que te vas a hacer un póster? Pues en esta foto está horrible, ella nunca ha sido mona, pero aquí tiene una cara de pan...
No hay escapatoria posible.

Hay que estar siempre atento, ya que puede asaltarte con una pregunta trampa cuando menos te lo esperes:
-Cariño, me han dicho mis padres que este año quieren venir a casa a pasar las fiestas.
¿Qué les digo?, ¿que sí o que no?
Si eres sincero y le contestas:
-Pues no me apetece mucho, para qué te voy a engañar...
-Claro, qué fácil, cómo se nota que no son tus padres, si fueran tus padres ya estarías perdiendo el culo.
Pero si le dices:
-Ah, muy bien, pues que se vengan.
-Claro, qué fácil, como tú no haces nada... ¡Hala, a llenar la casa de gente! ¿Por qué no invitamos a cenar a la orquesta de Luis Cobos?

Algunas preguntas trampa se pueden convertir en una auténtica pesadilla. Cuando estás tan tranquilo, ella aprovecha y te lanza:
-¿Me quieres?
-Pues claro.
-¿Pero me quieres como antes?
-Te quiero más.
-0 sea, ¿que no me quieres como antes, que no podías vivir sin mí?
-Sií.
-¿Sí, qué?
-Que te quiero.
-¿Pero me quieres como antes?
-Te quiero más.
-0 sea, que no me quieres como antes.
¡Coño, dan ganas de separarse! ¡Aunque sea sólo por acabar la conversación!

Pero sin duda la pregunta que más odio de todas es ésta
-¿En qué piensas?
-En nada.
-En algo estarás pensando.
-Pues no, no estoy pensando en nada.
-Vale, vale, si no quieres decírmelo no me lo digas...
-No es que no quiera decírtelo, es que no estaba pensando en nada.
-Aunque sea una tontería, en algo estarás pensando.

¿Pero por qué ese empeño en que piense? ¡Pues no pienso en nada! ¡Y no quiero que vengan sus padres! ¡Y está más gorda! ¡Y su amiga Sara está muy buena! ¡Y que viva la orquesta de Luis Cobos!

lunes, 27 de abril de 2009

Nueva etapa escolar

Equipo de baloncesto





Un par de años antes de irme del internado decidieron hacer obras en el colegio.


Empezaron por el exterior e hicieron un patio mejor. Arreglaron el suelo y pusieron unas gradas de piedra para sentarse. Trajeron unas canchas de baloncesto, muy altas para nuestra altura en ese momento, pero no fue impedimento para que no las estrenáramos.


Allí, en ese patio pasaría mucho tiempo jugando a baloncesto.


Vino una mujer de fuera, que jugaba en un equipo de mayores y nos empezó a entrenar.

No era alta y a simple vista daba la impresión que no sabría jugar, pero estábamos erradas. Ella jugaba muy bien, fue base de su equipo. Era una persona agradable y con mucha paciencia.

Ella me enseñó mucho en este deporte, que me apasionó desde el principio y que me ayudó en mi forma de relacionarme y de abrirme a los demás.


También me venía muy bien como válvula de escape en la rutina diaria. Allí me olvidaba de todo, sólo pensaba en jugar y disfrutar.


Cuando estaba jugando y entrenando lo daba todo. Luchaba hasta el final, aunque el partido fuera muy difícil y pensara que era imposible ganar.


Para mí el entrenar y jugar lo era todo. Ya lloviera o nevara, siempre estaba dispuesta a jugar.

Creo que de haber estado enferma en esa época habría sido lo mismo, nada me habría parado.


Entonces jugábamos con faldita blanca, unos pololos blancos y un niki granate. Yo tenía el número nueve, que pasó a ser mi número favorito durante mucho tiempo.


Cada vez que me ponía la ropa del equipo para el partido sentía un cosquilleo especial. Era el principio de todo. Luego salíamos a calentar previo al partido y enseguida a jugar con una gran ilusión, peleando hasta el final.


Recuerdo que unos años después me escayolaron el brazo derecho y no dejé de entrenar. Me vino bien para aprender mejor con la izquierda.

Entonces entrenábamos en un colegio de Carabanchel, pues el entrenador nuevo era de allí. La distancia de mi casa a ese colegio era de más de hora y media, pero eso nunca impidió que faltara a un entrenamiento y menos a un partido.


El baloncesto era mi vida, lo necesitaba y mi ilusión era tremenda.


Estando en el internado se hicieron unos cursillos de entrenadora de ” minibasket”, para pequeños y aproveché para sacar el título.


Cuando estudiaba la carrera hice el cursillo de árbitro de baloncesto para arbitrar a los niños de edad escolar. A veces era tremendo. Nadie quería perder y lo fácil solía ser culpar al árbitro.


Fue una etapa bonita en la que disfruté mucho de ese deporte.


Seguí practicando el baloncesto unos años más, hasta venirme aquí y casarme.


Ahora, aunque me sigue gustando, ya no lo vivo como antes.


Antes formaba parte de mi vida, de mi día a día. Lo necesitaba.


Ahora sólo soy una espectadora más de este deporte.




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Cambio de colegio






Poco a poco llegaba a una nueva etapa escolar...


Cuando terminé octavo de primaria, mi madre, y con el consejo de las monjas del colegio, decidió que haría el bachiller o B.U.P, como entonces se pasó a llamar.


Este nuevo colegio era religioso también y no era gratuito. Mi madre tenía que pagar porque estudiara allí.

Pude haber ido a un colegio público, pero ella quería que fuera en éste.

Es algo que tengo que agradecerle mucho. No estaba aún preparada para ir a un colegio diferente al que había estado tantos años metida. El cambio habría sido demasiado brusco y creo que me habría perjudicado.

Apenas tenía dinero, pero no le importaba trabajar más para darme unos estudios.


El nivel de estudios era bastante alto y enseñaban muy bien. Eso me ayudaría a adquirir la base de la que carecía en ese momento y que ha sido mi etapa principal de formación académica.


Yo entonces no lo deseaba, no quería seguir estudiando. Pero tampoco quería estar todo el día en casa. Así que decidí hacer el bachiller. De esta forma estaba casi todo el día en la escuela.


Era una escuela de día, no era internado y después de las clases había que ir a casa.

Me pillaba bastante lejos de mi domicilio. A más de una hora y media de distancia.

Todos los días recorría trece estaciones seguidas y luego la caminata de una media hora hasta casa.


Los primeros meses del bachiller solía ir de la escuela nueva al internado anterior para estar con las amigas de antes. Todo con tal de no ir tan temprano a casa y no tener que estudiar.


La primera época de estudio fue un desastre. Aprobaba las cosas más difíciles como las matemáticas y la lengua española, donde tenía facilidad sin estudiar y suspendía la historia y lo que era más de hincar los codos.


Yo quería dejar de estudiar y mi madre y la directora del nuevo colegio insistían en que tenía capacidad y que era una pena que no siguiera.


Recuerdo que en esa época, estando en un pueblo de Segovia en casa de unos familiares, me caí de una buena altura y fue la única vez que me tuvieron que escayolar. No tenía nada roto, sólo me molestaba, pero mi madre insistió tanto en que me escayolaran que el médico aceptó.


No sé por qué, ni el momento concreto, pero sí recuerdo bien que a raíz de esa caída es cuando empecé a plantearme mejor los estudios.


Empecé a estudiar poco a poco y me daba cuenta que entendía las cosas y que no me costaba tanto como pensaba.


Las trece estaciones diarias en el metro contribuyeron a mi estudio, pues era donde me dio por leer y comprender que tenía capacidad para el estudio.


Al principio los profesores se mosquearon conmigo en los exámenes por el cambio de notas. Pues de sacar suspensos en historia y Naturales, mejoré notablemente y los primeros controles estuvieron vigilándome.

Poco a poco ellos también empezaron aceptar que había cambiado de veras y que deseaba aprender.


A partir de entonces no volví a suspender una asignatura. Es cierto que algunas me costaban más que otras, pero estudiaba todo y sobre todo en clase atendía y preguntaba mucho.

El aprovechar el tiempo de clase era lo que más me ayudó en los estudios, pues ahorraba mucho tiempo luego a la hora de repasar las lecciones.


Lo mío no era sólo estudiar. Al llegar a casa tenía que hacer las cosas de allí, tanto la casa como la comida, ya que mi madre seguía trabajando en dos lugares y yo tenía que preparar las cosas para mi hermano, para ella y para mí.


Fue una etapa diferente, con varios altibajos y que supuso un cambio radical en mi forma de ver las cosas y mi actitud ante la vida y la gente.


La directora, que por cierto también era monja y que me ayudó mucho en esta etapa, me diría después en más de una ocasión, que había cambiado mucho, que tuvieron miedo de que yo en algún momento tirara la toalla y dejara de estudiar.

Ella estaba segura que de haber hecho esto me habría perdido y habría sido fatal para mí.


Y es cierto:

De no haber insistido, tanto ella como mi madre, para que siguiera estudiando yo habría salido del colegio y estoy segura de que ahora no estaría aquí contando esto.


En este colegio estuve cuatro años. Los tres de bachiller y el C.O.U


Cuando estaba en C.O.U, y poco antes de hacer los trámites sobre lo que deseábamos hacer los próximos años, pensé en hacer una carrera de químicas o biología.


Recuerdo un día, casi terminando ya el último curso, que el profesor de Filosofía preguntó en clase qué haríamos el próximo año.

La gente iba respondiendo y yo me callé en ese momento.

De pronto él preguntó quién deseaba dedicarse a la docencia y allí, y sin pensarlo, alcé la mano.

Nunca antes se me había ocurrido hacer esa carrera, pero fue oír la pregunta cuando supe inmediatamente que deseaba ser maestra.


Así que preparé los papeles de inscripción y puse en primer lugar Magisterio.


Esta ha sido una de las decisiones más acertadas que he tenido. Pues esta carrera me ha ayudado mucho tanto académica como personalmente.


Mi carrera sí que fue por vocación. Me apasiona la enseñanza. Enseñando también se aprende. Y yo he aprendido mucho en estos años.

Ojalá lo siga haciendo.


uxue



Cosas raras de la tele

La primera vez que leí un monólogo en Internet me reí mucho.
Unos monólogos exageran bastante y otros se acercan más a la realidad.
Estos son los que más me gustan. Los que nos hacen pensar en esas situaciones que se producen en la vida cotidiana, viéndolas de una forma más divertida y desenfadada.

Aquí pondré aquellos que más me entretienen y que considero más reales.
Siempre en clave de humor y sin ánimo de ofender a nadie.




Mi vida ha cambiado.

Yo estaba enganchada, como todo el mundo, a las series de televisión, todo el día con el mando como una loca... Pero mi vida cambió el día que vi Expediente X, que yo, la verdad, empecé a verla porque creí que era porno. Pero qué va, los únicos que salen en pelotas son los marcianos. Aún así me enganché, porque, a mí me gustan mucho las películas esas de misterios sin resolver. Pero me ha pasado una cosa muy rara. He descubierto que todas las series, todas, ¿eh?, están llenas de expedientes X. Y no se me escapa ni uno. Soy la Scully española.

Por ejemplo: El equipo A. ¿Cómo es posible que la policía de cincuenta estados nunca los localice y, sin embargo, va cualquier hija de ranchero a la que están haciendo chantaje, y los encuentra antes de los anuncios? ¿Dónde los busca? ¿En las páginas amarillas? ¿Por la A? ¿O por la E?

Hay otros, en cambio, a los que es muy fácil encontrar. Tú matas a alguien y a los diez minutos tienes allí a Colombo. Que por cierto, Colombo tiene otro expediente X... ¿Cómo es posible que un tío tan raro, tan feo y tan cochino resuelva todos los casos en menos de una hora? Parece un misterio, pero yo lo he aclarado. Colombo es un pesao. Este tío es capaz de conseguir que cualquiera se confiese culpable por agotamiento de lo pesao que es: ¿Qué hizo usted el jueves? ¿qué comió el jueves? ¿Lee usted El Jueves? Y así hasta que. el criminal no puede más y confiesa. Yo he visto episodios en los que personas inocentes se declaran culpables con tal de no oírle:
-¡Que síííí, pesao, que fui yo... No se como la maté, pero estoy seguro de que era jueves!

En las playas de las series hay muchos expedientes x, sobre todo en California. No se entiende por qué a los vigilantes de la playa no se les ahoga la gente¡ Si van al rescate a cámara lenta...! Serán chulos playa... Y, además, ¿cómo pueden ir a cámara lenta con lo que quema la arena, si los demás vamos corriendo, apoyándonos sólo en los talones...? Y lo que más me intriga: en esa playa, ¿por qué nunca hay gente comiendo tortilla de patatas? ¿Qué mierda de playa es ésa?

Otro expediente X es Kung-Fu. Pero Kung-Fu entero, ¿eh? Esta serie va de un chino que no es chino, que va por el oeste tocando la flauta... Y camina descalzo por el desierto porque prefiere llevar los zapatos colgados al hombro, y le llaman ¡el Pequeño Saltamontes! A mí el que más me gustaba de esta serie era el maestro. Era ciego, pero paraba todas las flechas con las manos. Que digo yo que las pararía todas menos dos, porque si no, no se entiende que fuera ciego...

La edad es otro expediente X. Y si no, ¿por qué si los de Al salir de clase tienen veinticinco años siguen repitiendo COU? ¿Y qué me dicen de Lina Morgan? Hostal Royal Manzanares, una serie en la que la protagonista sigue virgen con sesenta años... ¿Eso es una comedia? ¡Coño, eso es un drama!

¿Ven ustedes como todas las series están llenas de expedientes X? Pero si hasta Expediente X es un expediente X. ¿Por qué en esa serie siempre es de noche? Que están todo el rato con las dichosas linternas, que parecen acomodadores...

Pero la serie que tiene más expedientes X es Médico de familia. Parece que el guión lo ha escrito Jiménez del Oso. Vamos a ver quién entiende esto: Antonio Valero, Alfonso, era piloto, pero viendo cómo iba Iberia lo dejó y se montó una tienda de fotos, que no le funcionaba mal. Pero como era muy emprendedor, terminó como todos los españoles: poniendo un bar. ¡Esto es un cachondeo!

Y... ¿qué guardan en la nevera en esa casa? Porque todos los productos los tienen encima de la mesa. Para mí que guardan la comida de la hija mayor. Porque está claro que no come lo mismo que los demás. Y el más grande de todos los enigmas: si todos están en la cocina, ¿por qué la Juani grita tanto?

Y no sólo la Juani. ¿Por qué da esas voces Arturo Fernández? ¿Y los de Manos a la obra? ¿Y Aladina? ¿Se los imaginan a todos juntos en la misma serie?: «¡Diiiinaaa!», «iCheeechuuu!», «¡La leche, la leche!», «¡Beniiiitoooo!», «¡Chaaatiiinaaa!», «iiiPeeeeedrooo!!!»... ¡Ah, no! Esto último es de los Oscars, pero da igual. Siempre gritamos, hasta en Hollywood.

domingo, 26 de abril de 2009

Intimidad


Soñamos juntos
juntos despertamos
el tiempo hace o deshace
mientras tanto

no le importan tu sueño
ni mi sueño
somos torpes
o demasiado cautos

pensamos que no cae
esa gaviota
creemos que es eterno
este conjuro
que la batalla es nuestra
o de ninguno

juntos vivimos
sucumbimos juntos
pero esa destrucción
es una broma
un detalle una ráfaga

un vestigio
y un abrirse y cerrarse
el paraíso

ya nuestra intimidad
es tan inmensa
que la muerte la esconde
en su vacío

quiero que me relates
el duelo que te callas

por mi parte te ofrezco
mi última confianza

estás sola
estoy solo
pero a veces
puede la soledad
ser
una llama.

sábado, 25 de abril de 2009

FIN ¿O PRINCIPIO?




En busca de la razón.
El otro día me entró curiosidad por saber que era la cosa más valiosa que tenía, busqué y busqué y no me decidía.


Entonces se presentaron ante mi varios de los sentimientos.

Empezó a hablar la Envidia diciendo:
-"Todavía no tienes lo más valioso que existe, todos los demás lo tienen, pero tú no..."


La Ira
contestó:

-"Sí, la Envidia tiene razón, entonces la solución es fácil, acaba con todos los que tengan algo más valioso que tú y de esa manera tú vas a tener más cosas valiosas".

Le siguió la Tristeza:
- "Ahhh, buuaa, este mundo es injusto... tú no tienes nada valioso, así que creo que la Ira y la Envidia tienen razón"

De repente se escuchó un ruido muy fuerte, era el Honor, buscando nuestra atención... y venía acompañado y en bien entendimiento con la Indignación.

Dijo el Honor:
- "Debería darles vergüenza en hablar de esa manera"

-"si es indignante"- dijo la Indignación.

Se acercó lentamente la Timidez, que venía escondido detrás del Miedo.

Y dijeron casi a coro:

- "Por qué no se dejan de esas cosas, mejor vamos a quedarnos con lo que ya tenemos, no busquemos mas allá"


La Perspicacia se levantó y dio su punto de vista
-"Uhmm, veo claramente que se han dividido en dos grupos... uno que dice que necesitamos buscar las cosas valiosas en los demás y quitárselas, y otro grupo que dice que de esta manera estamos bien... mmm, creo que deben ponerse de acuerdo"

La Duda parecía confundida y dijo titubeando:
- "Si son dos grupos y la razón la tienen los que creen que así estamos bien, sin cosas valiosas pero bien... ¿verdad que si?.
Bueno si lo vemos desde otro punto de vista... eh... mmm ahhh... no sé"

En ese momento la Duda salió del cuarto y la acompañó la Locura.

De pronto una voz grave y a penas se escuchó, era el Odio que dijo enojado:
- "No sean metidos y cada quien dedíquese a lo suyo, son una bola de holgazanes".


Llegada la noche las discusiones seguían, todos opinaron sin llegar a ninguna conclusión, pero llegó la Alegría y contagiosamente organizó una fiesta.


¿por qué la hizo? quién sabe, sólo ella y la Locura sabían.

En lo que ellos festejaban yo decidí dormir para dejar de pensar en todo éso..


Al despertar empecé a oler un rico aroma a rosas... mi desayuno estaba en mi cama.

Cuando logré abrir los ojos vi a mi amada, que con tremenda sonrisa me dio un beso y los buenos días.


En ese momento llegó el único sentimiento que no había visto la noche anterior, me hizo entender que era lo mas valioso que tenía.
Explicarlo con palabras seria imposible...
Pero si un día se acerca a ustedes un sentimiento llamado el Amor, síganlo y traten de ser felices aunque este sentimiento no tenga nada que ver con la razón, y aunque a veces vaya acompañado de la locura, la tristeza y muchos sentimientos más, créanme, vale la pena.

Solamente no olviden que su pareja busca las mismas cosas que ustedes, así que compartan todo lo que puedan. Sólo háganle saber lo mucho que la aprecian...

Fin, ¿o principio? dijo la duda. ¿Tú sabrás?

Autor desconocido

jueves, 23 de abril de 2009

Poema de Borges a los amigos

Una amiga me acaba de mandar este bello poema de Borges, dedicado a la amistad.

Para mis amigos, en especial para
Mamen y Charly



"No puedo darte soluciones
para todos tus problemas de la Vida.


No tengo respuestas para tus dudas o temores,
pero puedo escucharte y compartirlos contigo.


No puedo cambiar tu pasado ni tu futuro,
pero cuando me necesites estare junto a ti.


No puedo evitar que tropieces.
Solamente puedo ofrecerte mi mano
para que te sujetes y no caigas.


Tus alegrías, tus triunfos y tus éxitos no son míos.
Pero disfruto sinceramente cuando te veo feliz.


No juzgo las decisiones que tomas en la vida.
Me limito a apoyarte, a estimularte y a ayudarte si me lo pides.


No puedo trazarte límites dentro de los cuales debes actuar,
pero sí te ofrezco el espacio necesario para crecer.


No puedo evitar tus sufrimientos
cuando alguna pena te parte el corazón,
pero puedo llorar contigo y recoger
los pedazos para armarlo de nuevo.


No puedo decirte quién eres ni quién deberías ser.
Solamente puedo quererte como eres y ser tu amigo


En estos días pensé en mis amigos y amigas,
y entre ellos apareciste tú.


No estabas arriba, ni abajo ni en el medio.
No encabezabas ni concluías la lista.


No eras el número uno ni el número final.
Y tampoco tengo la pretensión de ser el primero,
el segundo o el tercero de tu lista.

Basta que me quieras como amigo/a
Gracias por serlo".



lunes, 20 de abril de 2009

Reanudando los paseos...



Hoy, y después de más de quince días de descanso, hemos vuelto a los paseos diarios.

Descanso porque mi compañero de paseo se fue por unos días de colonias y aproveché para relajarme haciendo algo diferente.


Aproveché para estar más con las amigas. Nos juntábamos una buena cuadrilla de mujeres en el bar y no parábamos de hablar y reírnos.


En vacaciones me fui unos días a Murcia a casa de una amiga que me había invitado para salir de aquí y cambiar de aires.

Y vaya si he cambiado. El clima es muy diferente y el ambiente también.


Han sido unos días fantásticos y que lo he pasado muy bien con estos amigos que me han acogido tan estupendamente.


Cuando pienso en esta amiga, me asombro de la generosidad que tienen algunas personas. Esta amiga es generosa de una forma natural y admirable. No tiene que forzarlo, forma parte de ella misma el ser así.

Ella lo hace porque así lo siente, sin esperar nada a cambio y se ve que se siente bien siendo así.

Tiene muchos amigos y la gente le quiere mucho. Es una mujer muy extrovertida y con la que pasas unos momentos de lo más divertidos cuando estás con ella.

Sabe escuchar y tiene un don especial para hacerte reir.

Le gusta el arte y la arqueología y en los sitios a los que íbamos me ayudaba a comprender lo que veía y que desconocía.


Ojalá se animen ella y su pareja para venir aquí a pasar unos días y hacer juntos este recorrido que hago todos los días y poder contemplar este paisaje tan maravilloso que hay aquí.


Me han venido muy bien estas minivacaciones, me hacían falta para evadirme unos días y recargar las pilas.


De vuelta a la normalidad, hemos reanudado los paseos diarios.


El clima era gris y lluvioso. Después de tantos días sin andar, costaba seguir el ritmo.

Las montañas estaban tapadas por las nubes. De vez en cuando caía alguna gota, pero en el tiempo que duró el trayecto no ha hecho falta abrir el paraguas.


Durante el paseo pensaba en cómo cuesta de nuevo volver a la normalidad. Todavía mi cuerpo tiende a seguir al ritmo anterior y se resiste a empezar de nuevo con el día a día y su rutina.


Mi acompañante es joven y no le cuesta caminar. Iba contento, a un ritmo ligero y se le veía muy a gusto.

Ha hecho sus paradas de costumbre en las dos fuentes y daba sus gritos habituales durante el recorrido.


Los perros no dejaban de mirarle mosqueados por ese sonido.

Sus dueños les agarraban bien de las cuerdas para que no escaparan y vinieran hacia nosotros.

Es curioso: el chico asusta a los perros con los gritos y luego él les teme y se echa hacia atrás para que no le hagan daño.

Los animales son imprevisibles y eso él bien lo sabe, no se siente seguro con ellos pues no saben cómo van a reaccionar, de ahí que si les ve se eche hacia a un lado para que no se acerquen.


A partir de hoy seguiremos el día a día con los paseos. Poco a poco mis pasos se harán al camino, me iré acostumbrando al nuevo ritmo. Me costará menos y los disfrutaré más.


Y habrá muchos días de cielo azul donde podamos ver las montañas limpias y claras y poder admirar todo el paisaje tan bonito que nos rodea.


Hoy he sentido más el cansancio que otras veces.


Es hora de relajarse y descansar ahora que mi acompañante duerme tranquilamente.


Mañana será otro día. Habrá otro paseo y puede que el sol vuelva a brillar, y con ello recobrar de nuevo las energías para poder caminar.


uxue


El lugar que me rodea

El lugar que me rodea