viernes, 26 de junio de 2009

Dame pa matala...En favor de la paz

Me acaban de enseñar este video que desconocía.
Me ha gustado mucho y comparto lo que dice.
Ojalá no quedara sólo en palabras y deseos. Ojalá pudiera hacerse realidad esto que cantan.


miércoles, 24 de junio de 2009

My Heart Will Go On

"Amar no es solamente querer, es sobre todo comprender"
(Françoise Sagan)


Ventajas de haber llegado a los cincuenta

En caduca hoy encontré esta reflexión positiva y animadora...
No hay mal que por bien no venga y quien no se consuela es porque no quiere...




Ventajas de haber llegado a los cincuenta...

1.- Te importa una mierda el currículum.

2.- Sí eres parte de un grupo de rehenes, serías de los primeros en ser liberado.

3.- Nadie te pide que entres a rescatar personas de un edificio en llamas.

4.- L a gente ya no te considera hipocondríaco.......ahora sí estás de verdad enfermo.

5.- No temes las caídas en el largo y dificil camino de la vida...casi todos los porrazosya te los has dado.

6.-Tu inversión en seguros médicos comienza a rendir frutos.

7.- Tus articulaciones pronostican el tiempo mejor que los meteorólogos.

8.- Tus secretos están seguros con tus amigos ...ellos tampoco los recuerdan.

9.-Tu cantidad de neuronas activas llegó por fin a una cantidad manejable.

1o.- Puedes vivir sin sexo .... pero no sin tus gafas.

11.- Si haces una fiesta, tus vecinos ni se enteran.

12.- La ropa que te compras ya no pasa de moda.

13.- Ahora te preocupas por lo que de verdad importa : tu nivel de azúcar, de colesterol.las arrugas, le michelín....

14.-Dentro de un rato no recordarás quien te dio este papel, pero tampoco te importa.

Como verás te lo pasé a letra grande........yo tampoco veo nada.

martes, 23 de junio de 2009

El loco... Antonio Machado




Un loco

Es una tarde mustia y desabrida
de un otoño sin frutos,
en la tierra estéril y raída
donde la sombra de un centauro yerra.

Por un camino en la árida llanura,
entre álamos marchitos,
a solas con su sombra y su locura
va el loco, hablando a gritos.

Lejos se ven sombríos estepares,
colinas con malezas y cambrones,
y ruinas de viejos encinares,
coronando los agrios serrijones.

El loco vocifera
a solas con su sombra y su quimera.
Es horrible y grotesca su figura;
flaco, sucio, maltrecho y mal rapado,
ojos de calentura
iluminan su rostro demacrado.

Huye de la ciudad... Pobres maldades,
misérrimas virtudes y quehaceres
de chulos aburridos, y ruindades
de ociosos mercaderes.

Por los campos de Dios el loco avanza.
Tras la tierra esquelética y sequiza
—rojo de herrumbre y pardo de ceniza—
hay un sueño de lirio en lontananza.
Huye de la ciudad. ¡El tedio urbano!
—¡carne triste y espíritu villano!—.

No fue por una trágica amargura
esta alma errante desgajada y rota;
purga un pecado ajeno: la cordura,
la terrible cordura del idiota.

(Antonio Machado)

viernes, 19 de junio de 2009

La muerte del gran filántropo...Vicente Ferrer



La muerte del gran filántropo


Vicente Ferrer, ex jesuita y cooperante catalán ha fallecido a los 89 años en la India


"Hay personas que no deberían morir, porque son valiosas, porque son amadas, porque son únicas".


Esto es lo que escribió en marzo pasado Padre Ángel desde Anantapur, al sur de la India, a donde había acudido apresuradamente porque le habían dicho que Vicente Ferrer se estaba muriendo deprisa.


El padre Ángel García, el sacerdote católico diocesano fundador de Mensajeros de la Paz, estuvo unas horas con Ferrer y envió a sus amigos un mensaje de consolación, por correo electrónico. Era una hermosa y emocionante oración fúnebre. Vicente Ferrer había colmado ya los 88 años (en abril pasado cumplió 89), y llevaba años sufriendo una pésima salud de hierro. El último incidente era una embolia, la pasada Navidad.

Parecía irreversible. Pero el padre Ángel, él mismo muy enfermo, resistente por encima de lo humano, mandaba también una señal de esperanza, como si diera por sentado que hay personas tan necesarias que deben ser respetadas de modo especial por la muerte.

Recordaba un piropo a un torero, una tarde en Andalucía: "Maestro, no te mueras nunca". Era lo que aquel día, ante las noticias de la lenta agonía del padre Ferrer, estaban gritando, corazón adentro, cientos de miles de personas en España, en la India, en todo el mundo:

"Vicente, no te mueras nunca.


Y va a ser cierto", se consolada Padre Ángel. No ha sido posible.

Ferrer ha muerto esta madrugada a la 1.15 (hora española),

en su casa en Anantapur (India).


Hay religiosos cuya sola existencia hace disculpar las muchas desgracias y atrocidades que han causado a la humanidad las religiones de uno u otro signo. El jesuita Vicente Ferrer es uno de ellos. Como pronosticó desde la India el padre Ángel, "Vicente Ferrer no va a morir nunca. Le suban o no a los altares, a Vicente Ferrer, que fue un santo en vida, le espera la Gloria. No la gloria mundana, que su exquisita sencillez siempre quiso evitar, sino la verdadera, la buena, la definitiva". Es la esperanza de un creyente.

Entre mundanos, Vicente Ferrer seguirá vivo, sobre todo, entre los pobres de solemnidad a los que ayudó de todas las maneras posibles en Anantapur, una zona rural en los desiertos del sur de la India.

Su inmortalidad son los hospitales, escuelas, casas, pozos, caminos, etc. que levantó con un tesón sobrehumano en cientos de comunidades y pueblos. Suya es, además, la inmortalidad de un ejemplo universal de la mejor filantropía.


Cuando hace unos meses El Periódico de Cataluña eligió a Vicente Ferrer Catalán del Año 2008, el anuncio festivo de la noticia se hizo con una canción de Sopa de Cabra interpretada por Gerard Quintana y Eva Amaral. "Vam deixar-ho tot / el cor encés pel món". Eso es lo que había hecho cincuenta años antes Ferrer: abandonarlo todo y lanzarse al mundo con el corazón encendido.

En ese medio siglo, el famoso cooperante barcelonés ha cambiado la vida de cientos de miles de desposeídos y se erigió en un referente internacional del trabajo humanitario. Entre los muchos premios y distinciones que recibió destaca el Príncipe de Asturias de la Concordia, en 1998.



La biografía de Vicente Ferrer es impresionante, novelesca. Hay varios libros que lo atestiguan. El primero lo escribió Alberto Oliveras, con el título La revolución silenciosa. Oliveras fue el alma de un programa de radio emitido por la Cadena Ser entre 1960 y 1977, los miércoles a las diez y media de la noche. Se llamaba Ustedes son formidables. Era un instrumento magnífico para llamar a la solidaridad ciudadana ante situaciones dramáticas, cotidianas o excepcionales. El programa marcó una época y Vicente Ferrer fue muchas veces protagonista.


De entonces acá han llovido más libros, uno del propio Ferrer, titulado "El encuentro con la realidad".

El último es de hace apenas un año, firmado por Anna Ferrer y editado por Espasa con el título Un pacto de amor. Mi vida junto a Vicente Ferrer.


En realidad, Anna Ferrer se llama Anna Perry, nacida en 1947 en Essex, al sureste de Gran Bretaña. Reportera de la revista Current, un día le encargaron un reportaje sobre el jesuita cooperante español. Meses después decidió volver a su lado, como una trabajadora más. Acabó casándose con el jesuita español, en una boda cuya noticia dio la vuelta al mundo. Tienen tres hijos. Cuando le preguntaban cómo pudo construir tantos proyectos desde la nada, Vicente Ferrer, bajito y delgado, vestido siempre con una camisa de color caqui, unos pantalones de algodón y una sencillas sandalias, solía contar la reacción de una persona a la que le describió el personal y la organización que le acompañaba. Incluyó a su mujer. "Es inglesa", precisó Ferrer. "¡Claro, eso lo explica todo! ¡El latino y la sajona!", sentenció el curioso.




Ferrer nació en Barcelona el 9 de abril de 1920. No era buena fecha para venir al mundo en España. Debió pensarlo un jovencísimo Vicente Ferrer el día en que, a los 16 años, pidió el carné del POUM (Partido Obrero de Unificación Marxista). Pronto fue llamado a filas pata luchar en la guerra incivil que desató en el verano de 1936 un golpe militar nacionalcatólico. Le tocó batallar en el Ebro en 1938. En la retirada del ejército vencido hacia Francia, tras la caída del frente de Cataluña, Ferrer fue internado en el campo de concentración de Argelès-sur-Mer.

No había cometido delito alguno, salvo el ser joven y revolucionario, pero fue entregado por las autoridades francesas a las franquistas en Hendaya, e internado en el campo de concentración de Betanzos. Allí pasó lo que quedaba de 1939. Liberado, tuvo que cumplir de nuevo el servicio militar: en total siete años de movilización contando los años de guerra, la reclusión en los campos de castigo y de nuevo el servicio militar. Pese a todo, conservó las ganas de luchar. En 1944 abandonó sus estudios de Derecho y se hizo jesuita, con la idea de "ayudar a los demás".


En 1952 es enviado a Mumbai como misionero para completar su formación espiritual. Es su primer contacto con la India. Ya no paró de trabajar para erradicar el sufrimiento de los más pobres de ese país. Muchas veces, su labor generó suspicacias entre los dirigentes políticos, aún mayores entre los mandamases de la Compañía de Jesús. No lo expulsaron de la congregación, pero sí de la India. Treinta mil campesinos, secundados por intelectuales, políticos y líderes religiosos, se movilizaron en una marcha de 250 kilómetros para protestar. La primera ministra Indira Gandhi intervino con una solución salomónica. Ferrer se marcharía a Europa para "unas cortas vacaciones", y sería bien recibido de vuelta otra vez en la India siempre que cambiase de lugar de residencia. Ocurrió en 1968.


Vicente Ferrer regresó a España. Pronto, Indira Gandhi se preocupa por su tardanza en volver. "¿Por qué no está aquí ya?", preguntó a los amigos del tozudo y providencial misionero. Lo hizo casi un años después, en 1969, y se instaló en Anantapur (Andhra Pradesh), uno de los distritos más pobres del país.

Ese mismo año dejó la Compañía de Jesús y creó, junto a quien será su esposa unos meses más tarde, la Fundación Vicente Ferrer.


Hoy gestionan cinco hospitales y cientos de escuelas, levantados con las donaciones de 130.000 padrinos. Cuando faltaba dinero (es decir, casi siempre), Vicente Ferrer siempre encontraba a alguien -persona física o institución- que le solucionada in extremis sus apreturas financieras. También llevó adelante miles de programas de ayudas a agricultores para dotar de agua sus poblados y de créditos sus actividades.

Es el imperio de la cooperación, una tarea impresionante incluso para quienes, como el asturiano Padre Ángel, están siguiendo sus pasos con tesón y bondad increíbles.


En definitiva, con Vicente Ferrer desaparece un filántropo gigantesco y un español universal (permítase ahora tópico tan conveniente).


(Noticia recogida de "El Pais" publicada por Juan G. Bedoya)

jueves, 18 de junio de 2009

Resistiendo...Teresa Parodi

Hoy, leyendo el blog de Charly me ha venido a la mente una letra de una canción escrita por Teresa Parodi y que refleja muy bien la lucha que tienen muchas personas a seguir luchando por sobrevivir, a ser ellas mismas a pesar de los contratiempos y sin renunciar a sus principios.
Ella canta también la canción, pero la primera vez que la oí fue interpretada por un grupo argentino llamado "los Nocheros" y es la que aquí pongo.





Resistiendo

Mientras escribo no sé qué me dice
que aunque parece que ya no hay razón
aún podemos con lo que sucede
porque no pueden con nuestra canción.

En la subasta se llevaron todo
enajenando nuestro corazón,
se repartieron hasta lo imposible
pero no pueden con nuestra canción.

Nos han robado hasta la primavera
pero no pueden con nuestra canción,
parece frágil pero no se entrega
sigue cantando como vos y yo.

Ella resiste porque es la memoria,
ella resiste como vos y yo.
Ella desnuda nuestras alegrías,
nos hace libres desde el corazón.

Se vuelve viento para no callarse.
Se vuelve grito cuando dice no.
Se vuelve mansa para nuestros hijos.
Es voz de aquellos que no tienen voz.

(Teresa Parodi)



miércoles, 17 de junio de 2009

El peluquero



Acabo de recibir un e-mail con esto que aquí pongo, me ha parecido muy curiosa las distintas maneras de agradecer un detalle.
Así funciona buena parte de nuestra sociedad:
El que menos tiene es el más agradecido y el que más tiene es el más interesado y más tacaño.


El peluquero


Un día un vendedor de flores fue al peluquero a cortarse el pelo.

Luego del corte pidió la cuenta y el peluquero le contestó: "'No puedo aceptar dinero. Esta semana estoy haciendo un servicio comunitario".
El vendedor de flores quedó agradecido y dejó el negocio.

Cuando el peluquero fue a abrir el negocio, a la mañana siguiente, había una nota de agradecimiento y una docena de rosas esperándolo en la puerta.


Luego entró un panadero para cortarse el pelo, y cuando fue a pagar, el peluquero respondió otra vez: "No puedo aceptar dinero. Esta semana estoy haciendo un servicio comunitario" .

El panadero se puso contento y se fue.

A la mañana siguiente cuando el peluquero volvió había una nota de agradecimiento y una docena de pasteles esperándolo en la puerta.


Más tarde, un profesor fue a cortarse el pelo y en el momento de pagar, el hombre otra vez respondió: "No puedo aceptar dinero. Esta semana estoy haciendo un servicio comunitario".

El profesor con mucha alegría se fue.

A la mañana siguiente, cuando el peluquero abrió, había una nota de agradecimiento y una docena de diferentes libros, tales como "Cómo mejorar sus negocios" y "Cómo volverse exitoso".


Entonces un diputado fue acortarse el pelo y cuando fue a pagar
el peluquero nuevamente dijo: "No puedo aceptar dinero. Esta semana estoy haciendo un servicio Comunitario" .

El diputado contento se alejó.

Al día siguiente cuando el peluquero fue a abrir el local, había una docena de Diputados haciendo cola para cortarse el pelo gratis.


Esto, mis amigos muestra la diferencia fundamental que existe entre los ciudadanos comunes y los miembros del Congreso.

En las próximas elecciones, vota con cuidado ...


martes, 16 de junio de 2009

Gente necesaria...Hamlet Lima Quintana



“Hay gente que con solo decir una palabra

enciende la ilusión y los rosales;
que con solo sonreír entre los ojos
nos invita a viajar por otras zonas,
nos hace recorrer toda la magia.

Hay gente que con solo dar la mano
rompe la soledad, pone la mesa,
sirve el puchero, coloca las guirnaldas,
que con solo empuñar una guitarra
hace una sinfonía de entrecasa.

Hay gente que con solo abrir la boca
llega a todos los límites del alma,
alimenta una flor, inventa sueños,
hace cantar el vino en las tinajas
y se queda después, como si nada.

Y uno se va de novio con la vida
desterrando una muerte solitaria
pues sabe que a la vuelta de la esquina
hay gente que es así, tan necesaria.”

(Hamlet Lima Quintana)

sábado, 13 de junio de 2009

Ilargia...Ken Zazpi

esaiozu euriari berriz ez jauzteko,
esan bakardadeari gaur ez etortzeko.

eusten nauen soka zara itotzen nauena,
ametsak sortu zizkidana, galtzen dituena.

zuretzat ilargia lapurtuko nuke gauero,
eta zu itsu zaude bere argia ikusteko,
irribarrez, gero minez, eragin didazu negarra,
nire sua itzali da,
ez zara gaueko izar bakarra, ez zara!!

esan sentitzen dudana ez dela egia,
une baten sinisteko ez garen guztia.


(Ilargia...Ken zazpi)


jueves, 11 de junio de 2009

El sonido del silencio

"El arte de vencer se aprende en las derrotas"
(Simón Bolivar)

El círculo del noventa y nueve




Había una vez un rey muy triste que tenía un sirviente, llamado Hasán, que como todo sirviente de rey triste, era muy feliz. Todas las mañanas llegaba a traer el desayuno y despertaba al rey cantando y tarareando alegres canciones de juglares. Una sonrisa se dibujaba en su distendida cara y su actitud para con la vida era siempre serena y alegre. Un día el rey lo mandó a llamar.


- Hasán - le dijo— ¿cuál es el secreto?
- ¿Qué secreto, Majestad?
- ¿Cuál es el secreto de tu alegría?
- ¡No hay ningún secreto, Alteza!
- No me mientas, Hasán. He mandado a cortar cabezas por ofensas menores que una mentira.
- No le miento, Alteza, no guardo ningún secreto.
- ¡Por qué está siempre alegre y feliz! ¿Por qué?
—Majestad, no tengo razones para estar triste. Su Alteza me honra permitiéndome atenderlo.
Tengo mi esposa y mis hijos viviendo en la casa que la corte nos ha asignado, somos vestidos y alimentados y además su Alteza me premia de vez en cuando con algunas monedas para darnos algunos gustos, ¿cómo no estar feliz?
—Si no me dices ya mismo el secreto, te haré decapitar —dijo el rey—. Nadie puede ser feliz por esas razones que has dado
—Pero, Majestad, no hay secreto. Nada me gustaría más que complacerlo, pero no hay nada que yo esté ocultando...
- Vete, ¡vete antes de que llame al verdugo!
El sirviente sonrió, hizo una reverencia y salió de la habitación. El rey estaba como loco. No consiguió explicarse cómo el paje estaba feliz viviendo de prestado, usando ropa usada y alimentándose de las sobras de los cortesanos.
Cuando se calmó, llamó al más sabio de sus asesores y le contó su conversación de la mañana.
- ¿Por qué él es feliz?
- Ah, Majestad, lo que sucede es que él está fuera del círculo.
- ¿Fuera del círculo?
- Así es.
- ¿Y eso es lo que lo hace feliz?
- No Majestad, eso es lo que no lo hace infeliz.
-A ver si entiendo, estar en el círculo te hace infeliz.
- Así es.
- ¿Y cómo salió?
- Nunca entró.
- ¿Qué círculo es ese?
- El círculo del 99.
- Verdaderamente, no te entiendo nada.
- La única manera para que entendieras, seria mostrártelo en los hechos.
- ¿Cómo?
- Haciendo entrar a tu sirviente en el circulo.
- ¡Eso, obliguémoslo a entrar!
- No, Alteza, nadie puede obligar a nadie a entrar en el circulo.
- Entonces habrá que engañarlo.
.No hace falta, Su Majestad. Si le darnos la oportunidad, él entrará solito, solito.
- ¿Pero él no se dará cuenta de que eso es su infelicidad?
- Si se dará cuenta.
.Entonces no entrara.
- No lo podrá evitar.
- ¿Dices que él se dará cuenta de la infelicidad que le causará entrar en ese ridículo círculo, y de todos modos entrará en él y no podrá salir?
—Tal cual. Majestad, ¿estás dispuesto a perder un excelente sirviente para poder entender la estructura del circulo?
- Sí.
- Bien, esta noche te pasaré a buscar. Debes tener preparada una bolsa de cuero con 99 monedas de oro, ni una más ni una menos. ¡99!
- ¿Qué más? ¿Llevo los guardias por si acaso?
- Nada más que la bolsa de cuero. Majestad, hasta la noche.
- Hasta la noche.

Así fue. Esa noche, el sabio pasó a buscar al rey. Juntos se escurrieron hasta los patios del palacio y se ocultaron junto a la casa del Hasán. Allí esperaron el alba. Cuando dentro de la casa se encendió la primera vela, el hombre sabio agarró la bolsa y le pinchó un papel que decía: “Este tesoro es tuyo. Es el premio por ser un buen hombre. Disfrútalo y no cuentes a nadie cómo lo encontraste.”


Luego ató la bolsa con el papel en la puerta del sirviente, golpeó y volvió a esconderse. Cuando Hasán salió, el sabio y el rey espiaban desde atrás de unas matas lo que sucedía. El sirviente vio la bolsa, leyó el papel, agitó la bolsa y al escuchar el sonido metálico se estremeció, apretó la bolsa contra el pecho, miró hacia todos lados de la puerta, y se arrimaron a la ventana para ver la escena


El sirviente había tirado todo lo que había sobre la mesa y dejado sólo la vela. Se había sentado y había vaciado el contenido de la bolsa sobre la mesa. Sus ojos no podían creer lo que veían, ¡Era una montaña de monedas de oro! Él, que nunca había tocado una de estas monedas, tenía hoy una montaña de ellas para él. El sirviente las tocaba y amontonaba, las acariciaba y hacía brillar la luz de la vela sobre ellas. Las juntaba y desparramaba, hacía pilas de monedas. Así, jugando y jugando empezó a hacer pilas de 10 monedas. Una pila de diez, dos pilas de diez, tres pilas, cuatro, cinco, seis... y mientras sumaba 10, 20,30, 40, 50, 60... Hasta que formó la última pila: 9 monedas
Su mirada recorrió la mesa primero, buscando una moneda más. Luego el piso y finalmente la bolsa.
“No puede ser”, pensó. Puso la última pila al lado de las otras y confirmó que era más baja.
- ¡Me la robaron —gimió— me la robaron!


Una vez más buscó en la mesa, en el piso, en la bolsa, en sus ropas, vació sus bolsillos, corrió los muebles, pero no encontró lo que buscaba. Sobre la mesa, como burlándose de él, una montañita resplandeciente le recordaba que había 99 monedas de oro, “sólo 99”.


“99 monedas. Es mucho dinero”, pensó. Pero me falta una moneda. Noventa y nueve no es un número completo – pensaba- Cien es un número completo, pero noventa y nueve no.
El rey y su asesor miraban por la ventana. La cara del sirviente ya no era la misma, estaba con el ceño fruncido y los rasgos tiesos, los ojos se habían vuelto pequeños y arrugados y la boca mostraba un horrible rictus, por el que se asomaban los dientes.


El sirviente guardó las monedas en la bolsa y mirando para todos lados para ver si alguien de la casa lo veía, escondió la bolsa entre la leña. Luego tomó papel y pluma y se sentó a hacer cálculos.


¿Cuánto tiempo tendría que ahorrar el sirviente para comprar su moneda número cien? Todo el tiempo hablaba solo, en voz alta. Estaba dispuesto a trabajar duro hasta conseguirla. Después quizás no necesitara trabajar más.
Con cien monedas de oro, un hombre puede dejar de trabajar.
Con cien monedas de oro un hombre es rico.
Con cien monedas se puede vivir tranquilo.
Sacó el cálculo. Si trabajaba y ahorraba su salario y algún dinero extra que recibía, en once o doce años juntaría lo necesario.


“Doce años es mucho tiempo”, pensó.
Quizás pudiera pedirle a su esposa que buscara trabajo en el pueblo por un tiempo. Y él mismo, después de todo, él terminaba su tarea en palacio a las cinco de la tarde, podría trabajar hasta la noche y recibir alguna paga extra por ello.
Sacó las cuentas: sumando su trabajo en el pueblo y el de su esposa, en siete años reuniría el dinero.
¡Era demasiado tiempo!


Quizás pudiera llevar al pueblo lo que quedaba de comidas todas las noches y venderlo por unas monedas. De hecho, cuanto menos comieran, más comida habría para vender... Vender... Vender. ...
Estaba haciendo calor. ¿Para qué tanta ropa de invierno? ¿Para qué más de un par de zapatos? Era un sacrificio, pero en cuatro años de sacrificios llegaría a su moneda cien.
El rey y el sabio, volvieron al palacio.
El sirviente había entrado en el círculo del 99...


Durante los siguientes meses, Hasán siguió sus planes tal como se le ocurrieron aquella noche.
Una mañana, el sirviente entró a la alcoba real golpeando las puertas, refunfuñando de pocas pulgas.


- ¿Hasán, qué te pasa? - preguntó el rey de buen modo.
- Nada me pasa, nada me pasa.
- Antes, no hace mucho, reías y cantabas todo el tiempo.
- Hago mi trabajo, ¿no? ¿Qué querría su Alteza, que fuera su bufón y su juglar también?

No pasó mucho tiempo antes de que el rey despidiera al sirviente. No era agradable tener un paje que estuviera siempre de mal humor.

Vos, yo y todos nosotros hemos sido educados en esta estúpida ideología:
Siempre nos falta algo para estar completos, y sólo completos se puede gozar de lo que se tiene.
Por lo tanto, nos enseñaron que la felicidad deberá esperar a completar lo que falta. .
Y como siempre nos falta algo, la idea retorna el comienzo y nunca podemos gozar de la vida.
Pero que pasaría si la iluminación llegara a nuestras vidas y nos diéramos cuenta, así, de golpe, que nuestras 99 monedas son el cien por ciento del tesoro, que nada tiene de más redondo cien que noventa y nueve, que todo es sólo una trampa, una zanahoria puesta frente a nosotros para que seamos estúpidos, para que tiremos del carro, cansados, malhumorados, infelices o resignados.
Una trampa para que nunca dejemos de empujar y que todo siga igual...
Eternamente igual


Cuántas cosas cambiarían si pudiéramos disfrutar de nuestros tesoros tal como están...

Soledades...Antonio Machado


He andado muchos caminos
he abierto muchas veredas;
he navegado en cien mares
y atracado en cien riberas.

En todas partes he visto
caravanas de tristeza,
soberbios y melancólicos
borrachos de sombra negra.

Y pedantones al paño
que miran, callan y piensan
que saben, porque no beben
el vino de las tabernas.

Mala gente que camina
y va apestando la tierra...

Y en todas partes he visto
gentes que danzan o juegan,
cuando pueden, y laboran
sus cuatro palmos de tierra.

Nunca, si llegan a un sitio
preguntan a donde llegan.
Cuando caminan, cabalgan
a lomos de mula vieja.

Y no conocen la prisa
ni aun en los días de fiesta.
Donde hay vino, beben vino,
donde no hay vino, agua fresca.
Son buenas gentes que viven,
laboran, pasan y sueñan,
y en un día como tantos
descansan bajo la tierra.
(Antonio Machado)

lunes, 8 de junio de 2009

Lunes...


Hoy lunes, del blog de Gloria he rescatado esta imagen que me ha gustado.
Me ha parecido una forma graciosa de empezar la semana.







sábado, 6 de junio de 2009

Sábado por la mañana...


Sábado 6 de junio 2009



Parte del recorrido. Foto hecha esta semana.

Hoy el paseo empezó algo revuelto, pronto todo se calmó y fue bastante tranquilo.

Anoche llovió bastante, pero hoy, en contra de lo pronosticado, hace buen día y calor. Hay nubes y puede que a la tarde llueva, pero de momento el día está muy agradable.


Durante el paseo pasamos por un campo de futbol y se veía el movimiento de los chicos con los familiares para el partido.

El sitio es un complejo deportivo y al lado hay una piscina muy particular. Vale para invierno y verano.

Tiene un techo que se cierra en invierno y queda climatizada, acondicionando el agua y en verano se abre el techo y la puerta que da a una zona de árboles y césped con una piscina infantil.

Es un sitio muy bonito y está muy bien para desplazarse hasta allí en bicicleta.

Antes solíamos ir a menudo a la piscina. Durante una temporada ibamos y estábamos más de una hora. Mi compañero hacía sus largos en la piscina a su ritmo y yo al mío.

La vuelta la hacía sin problemas y yo le esperaba al final. Hacíamos unos diez largos y luego a la ducha y a casita a relajarnos.


La rejilla que está delante de la fuente ya la pusieron, y menos mal, pues con el aire y la lluvia habían desaparecido las flores y ahí estaba de nuevo el agujero, amenazando de forma peligrosa sobre todo a los niños y a la gente mayor que son los más desprotegidos.


Ahora leeré un rato y nos prepararemos para salir. Me encanta leer, me relaja y me ayuda a desconectar un rato con mis pensamientos y mis ocupaciones diarias. Según lo que lea mi mente se evade de una manera diferente. Disfruto mucho con la lectura.

El libro que ahora leo es “Memorias de una Geisha”. No hace mucho que vi la película y pensaba que la historia no era lo que ahí contaban. Que faltaban cosas y quedaba incompleta. Una amiga tenía el libro y me lo dejó. Es bastante largo y lo estoy terminando. Era lo que imaginaba, resume la historia del libro pero faltan muchas cosas por poner.

Hay pocas películas que reflejen del todo el contenido de un libro determinado, generalmente quedan incompletas y pierden bastante.

En este caso ha sucedido lo mismo, que aunque la película también es bonita no es como el libro. Sobre todo en este caso que se habla mucho en primera persona, se describe mucho todo lo que se hace y el por qué y se explica con minuciosidad el trabajo de una Geisha y cómo viven.

Ya pronto lo terminaré, sobre todo ya que estoy casi al final, es cuando se lee más rápido.


Hoy tenemos comida del equipo de baloncesto uno de mis hijos e iremos pronto, después haremos el paseo de la tarde y nos ayudará a bajar la comida.


Piscina del pueblo

uxue

viernes, 5 de junio de 2009

Para Elisa

"Lo que te doy me lo doy. Lo que no te doy me lo quito"
(Jodorowsky)



Si Dios fuera mujer...

Es un poema de Mario Benedetti recitado de su propia voz.




¿Y si Dios fuera mujer?
pregunta Juan sin inmutarse,
vaya, vaya si Dios fuera mujer
es posible que agnósticos y ateos
no dijéramos no con la cabeza
y dijéramos sí con las entrañas.

Tal vez nos acercáramos a su divina desnudez
para besar sus pies no de bronce,
su pubis no de piedra,
sus pechos no de mármol,
sus labios no de yeso.

Si Dios fuera mujer la abrazaríamos
para arrancarla de su lontananza
y no habría que jurar
hasta que la muerte nos separe
ya que sería inmortal por antonomasia
y en vez de transmitirnos SIDA o pánico
nos contagiaría su inmortalidad.

Si Dios fuera mujer no se instalaría
lejana en el reino de los cielos,
sino que nos aguardaría en el zaguán del infierno,
con sus brazos no cerrados,
su rosa no de plástico
y su amor no de ángeles.

Ay Dios mío, Dios mío
si hasta siempre y desde siempre
fueras una mujer
qué lindo escándalo sería,
qué venturosa, espléndida, imposible,
prodigiosa blasfemia
.

jueves, 4 de junio de 2009

Mi Buenos Aires querido


Sentado al borde de una silla desfondada,
mareado, enfermo, casi vivo,
escribo versos previamente llorados
por la ciudad donde nací.


Hay que atraparlos, también aquí
nacieron hijos dulces míos
que entre tanto castigo

te endulzan bellamente.

Hay que aprender a resistir.


Ni a irse ni a quedarse,
a resistir,
aunque es seguro
que habrá más penas y olvido.

miércoles, 3 de junio de 2009

Itsasoari begira

Mi cantate favorito de aquí es Benito Lertxundi y ésta es una de las canciones que más me gusta.
Ya lo puse en otro sitio, pero aquí lo haré con otras imágenes.
El video lo subió Charly con imágenes que le mandé de esta zona y otras que él ha buscado por Internet, e hizo el montaje.





Itsasoari begira (Mirando al mar)

Zazpi mendeko gauean gaude.
Gure lore etan sasi,
irrintzi, oihu, ele ta ulu,
marmario ta garrasi,
haize enbata, brisa, galerna,
gaur garbi, bihar nahasi,
xake taularen zuri beltzetan
arrats gozo egun gazi.
Ai itsasorik ez bageneuka
zeri so negarrez hasi.

Gure zuhaitza landatu dugu
amildegi muturrean,
adarrak daude ertzetik haruntz;
sustraiak, berriz, lurrean,
bihotz esteak estu helduaz
esku baten ahurrean.
Bertso berriak jartzera noa
bere indar laburrean,

Nola malko bat isuritzen den
Isasoaren aurrean.
Nola haizea gurazalea
Eguzkiaren irteran
Nola kaioak zorabioan
Itxas embata besperan
Pentsatsen nago gu ere berdin
Ibiltzen ez ote geran
Susmoa dauka gure patoa
Itsasoa ez ote da
Libre ta zabal dugu aurrean
Baina ezin dugu edan

Eldu herria sustraietatik
Tira eta gora jaso
Jarri kantauri aurrean eta
Mantendu zutikan gizon
Ispillu hortan ikus gaitezen
Herriz herri hauzoz hauzo
Sauriak gatzez itxi ditzagun
Malkoak gure sera son
Sano ta libre irla txiki bat
Salbatuko gara kaso

Azken arnasa eman nahi nuke
eguna hiltzen ari da
Azken arnasa eman nahi nuke
Bertsoak entzuten dira
Azken arnasa eman nahi nuke
Kantari nator herrira
Azken arnasa ematen dugu
Eguzkitik eguzkira
Azken arnasa eman nahi nuke
Itsasoari begira

(Benito Lertxundi)

El regalo de la abuela


Leyendo en Caduca hoy me he encontrado con esta imagen curiosa que me ha hecho reir un rato:




La culpa del embarazo la tuvo el regalo de bodas de la abuela

lunes, 1 de junio de 2009

Richard Clayderman - Love Story

"Para lograr todo el valor de una alegría has de tener con quien repetirla".
(Mark Twain)

Déjame que te cuente..."El reloj parado a las siete"



Ahora hablaré de otro libro de Jorge Bucay: "Dejáme que te cuente"


El ya tenía varios libros publicados antes, pero éste fue el primero que conocí de este autor. Me gustó mucho y a partir de ahí seguiría leyendo su obra.


Hablaré un poco de qué trata e iré poniendo algunos cuentos que me gustaron especialmente.


Esta obra se publicó en el año 2002, y es del género de bienestar personal y autoayuda.

En este libro, Jorge Bucay ha conseguido realizar una perfecta recopilación de cuentos clásicos, modernos o populares, con los que pretende ayudar al protagonista de su libro, Demián.

Demián es un joven muchacho, inquieto por conocer más cosas acerca de su personalidad, de sus sentimientos y reacciones ante la vida y ante sus seres queridos. Esta inquietud le conduce hasta Jorge, el Gordo, un psicoanalista muy especial, ya que sus consejos son basados en cuentos, llenos de consejos y sabiduría.


“Estos cuentos han sido escritos para señalar un camino.

Encontrar el diamante que hay en ellos es tarea de cada uno”

(Jorge Bucay)


El primer cuento que pondré es uno de mis favoritos :



"El reloj parado a las siete"


El autor del cuento es Papini.


Es un monólogo de un personaje que escribe en la soledad de su cuarto.


"Hay en una de las paredes de mi cuarto un hermoso reloj antiguo que ya no funciona. Sus manecillas detenidas casi desde siempre, señalan imperturbables la misma hora: las siete en punto. Casi todo el tiempo, el reloj es sólo un inútil adorno en una blanquecina y vacía pared.


Sin embargo hay dos momentos en el día, dos fugaces instantes en que el viejo reloj parece resurgir de sus cenizas como un ave fénix.

Cuando todos los relojes de la ciudad, en sus enloquecidos andares, marcan las 7 y los cu—cu y los gong de las demás máquinas hacen sonar por 7 veces su repetido canto, el viejo reloj de mi habitación parece cobrar vida. Dos veces por día, a la mañana y a la noche, el reloj se siente en absoluta armonía con el resto del universo.

Si alguien mirara el reloj solamente en esos dos momentos, diría que funciona a la perfección...

Pero pasado ese instante, cuando los otros relojes han acallado su canto y las manecillas siguen sus monótonos caminos, mi viejo reloj pierde su paso y permanece fiel a aquella hora que alguna vez detuvo su andar.


Y yo amo ese reloj y cuanto más hablo de él, más lo amo, porque cada vez me siento más parecido a él— También yo estoy parado en un tiempo, también yo me siento clavado e inmóvil, también yo soy de alguna manera un adorno inútil en una pared vacía.


Pero tengo también fugaces momentos en que, misteriosamente, llega mi hora.

Durante esos tiempos, yo siento que vivo. Todo está claro y el mundo se transforma en maravilloso. Yo puedo crear, soñar, volar, decir y sentir más cosas en esos instantes que en todos los otros momentos. Estas conjunciones armónicas se dan y se repiten una y otra vez, como una secuencia inexorable.


La primera vez que lo sentí, traté de aferrarme a ese instante creyendo que podría hacerlo durar para siempre. Pero no fue así. Como a mi amigo el reloj, también a mí se me escapa el tiempo de los otros.

...Pasado estos momentos, los otros relojes que anidan en otros hombres, continúan su giro y yo vuelvo a mi rutinaria muerte estática, a mi trabajo, a mis charlas de café, a mi aburrido andar que acostumbro a llamar vida.


Pero yo sé que la vida es otra cosa. Yo sé que la vida, la vida de verdad es la suma de aquellos momentos que aunque fugaces, nos permiten percibir la sintonía con el universo.

Casi todo el mundo, pobre, cree que vive.


Sólo hay momentos de plenitud y aquellos que no lo sepan e insistan en querer vivir siempre, quedarán condenados al mundo del gris y repetitivo andar de la cotidianeidad.

Por eso te amo, viejo reloj. Porque somos la misma cosa tú y yo......"


(Giovanni Papini)

El lugar que me rodea

El lugar que me rodea