viernes, 25 de mayo de 2012

El hombre que aprendió a ladrar...



“Un cuento nos puede hacer pensar por qué estamos aquí.
Un cuento nos puede sacudir y llevarnos a reconocer una nueva verdad,
darnos una nueva perspectiva y una nueva manera de percibir el universo” 

 (Ruth Stotler)







Lo cierto es que fueron años de arduo y pragmático aprendizaje, con lapsos de desalineamiento en los que estuvo a punto de desistir.
Pero al fin triunfó la perseverancia y Raimundo aprendió a ladrar. No a imitar ladridos, como suelen hacer algunos chistosos o que se creen tales, sino verdaderamente a ladrar.
¿Qué lo había impulsado a ese adiestramiento?
Ante sus amigos se autoflagelaba con humor:
"La verdad es que ladro por no llorar".
Sin embargo, la razón más valedera era su amor casi franciscano hacia sus hermanos perros. Amor es comunicación.

¿Cómo amar entonces sin comunicarse?

Para Raimundo representó un día de gloria cuando su ladrido fue por fin comprendido por Leo, su hermano perro, y (algo más extraordinario aún) él comprendió el ladrido de Leo.
A partir de ese día Raimundo y Leo se tendían, por lo general en los atardeceres, bajo la glorieta y dialogaban sobre temas generales.
A pesar de su amor por los hermanos perros, Raimundo nunca había imaginado que Leo tuviera una tan sagaz visión del mundo.

Por fin, una tarde se animó a preguntarle, en varios sobrios ladridos:
"Dime, Leo, con toda franqueza: ¿Qué opinas de mi forma de ladrar?".
La respuesta de Leo fue bastante escueta y sincera:
"Yo diría que lo haces bastante bien, pero tendrás que mejorar. Cuando ladras, todavía se te nota el acento humano." 

("El hombre que aprendió a ladrar"
Mario Benedetti)





Hablar no siempre es comunicar...

Cada vez se aprenden más idiomas para  poder entendernos. Pero eso no es garantía de una buena comunicación.
A pesar de tener el mismo lenguaje, compartir los mismos signos, muchas veces no somos capaces de transmitir lo que queremos expresar.
Hablamos mucho, pero apenas escuchamos. 
No miramos al otro, no percibimos ese lenguaje que no dan las palabras y que es tan importante para una verdadera comunicación.


 uxue...


"Cuando existe el respeto por uno mismo y por los demás, la comunicación es más fácil"
(Rooder Fifighti)


viernes, 18 de mayo de 2012

Levántate y canta...



“Por muy larga que sea la tormenta, el sol siempre vuelve a brillar entre las nubes”
(Khalil Gibran)








Si algún golpe de suerte, a contrapelo,
a contrasol, a contraluz, a contravida,
te torna pájaro que quiebra el vuelo
y te revuelca con el ala herida...

Y hay tanto viento para andar las ramas.
Tanto celeste para echarse encima.
Y pese a todo, vuelve la mañana.
Y está el amor que su milagro arrima.

Por qué caerse y entregar las alas.
Por qué rendirse y manotear las ruinas.
Si es el dolor, al fin, quien nos iguala.
Y la esperanza, quien nos ilumina.

Si hay un golpe de suerte, a contrapelo,
a contrasol, a contraluz, a contravida.
Abrí los ojos y tragate el cielo.

Sentite fuerte y empujá hacia arriba.

 


(Música y voz de César Isella,
Letra de Héctor Negro)


domingo, 13 de mayo de 2012

Resumiendo...

Hoy, el  paseo ha sido tranquilo y agradable.
Después de varios días de fuerte calor, el día se ha levantado fresquito y la  suave llovizna que caía sobre nosotros refrescaba el ambiente.


Aunque llevaba el paraguas no lo abrí, no era mucho lo que caía, y deseaba sentir el agua que me espabilaba y despejaba de tanto bochorno de la semana. 
Mi compañero de paseo parecía que agradecía también la lluvia, pues estaba contento, andaba  a buen ritmo, con ganas y mucho ánimo.


(Parada obligatoria de  mi acompañante  para refrescarse en la fuente...)

Al dar las 12 campanadas  de ayer sábado los dantzaris se prepararon y salieron a la calle al ritmo del txistu, anunciando el comienzo de las fiestas patronales.
Primero hacen  pasacalles por todo el pueblo. La  gente del lugar se les van sumando, hasta llegar al ayuntamiento donde empiezan los bailes. Primero bailan los chicos  y luego las chicas.
Mi hijo mediano es uno de los dantzaris, a él le levantan en vilo entre los demás  en el último baile, manteniéndole arriba mientras se mueven al ritmo de la música.  Lo hacen con seguridad y fuerza, luego le bajan despacio, para terminar el baile quedándose en el sitio de partida.
Me encanta la ezpata-dantza, siempre que puedo la veo. Sobre todo cuando baila mi hijo,  que me quedo admirada viendo cómo se mueve y qué soltura tiene en el baile.



 Por la tarde ha salido del sol y animaba más a caminar.


Cuando enciendo la radio   suena  una canción de un gran cantautor  que me gusta mucho. 
Ello  me ha dado pie a escuchar de nuevo su música cuando he llegado a casa.
Ahora, en  este momento, elijo una al azar,  que desconocía y me ha gustado: “Resumiendo”...

A pesar del día gris, predomina el  ambiente festivo, que seguirá durante la semana con diversas actividades, entretenimiento para los más pequeños y romería para el fin de semana.

 uxue...






Resumiendo, que tengo un cajón de la firma Pandora,
treinta y siete chansons, c’est a dire, una y media por hora,
sin contar los sonetos, las coplas, los epistolarios,
los tinteros borrachos de tinta que ordeño a diario.
 
Nos tocaba crecer y crecimos, vaya si crecimos,
cada vez con más dudas, más viejos, más sabios, más primos,
pero todo se acaba, ya es hora de decirte ciao,
me ha citado la luna en Corrientes esquina Callao.
 
Resumiendo,
sabes dónde estoy,
resumiendo,
si me llamas voy,
resumiendo,
no me hagas hablar.
 
Resumiendo, esto no es un arreglo floral por tu santo,
solo sombras que en noches de insomnio me alfombran el canto,
sobre nuestras cabezas silbaban calumnias, payolas,
mano a mano las fuimos driblando a puertita gayola.
 
Hace siglos que quiero enviarte palomas de humo,
antes de que carcoma el invierno la culpa que asumo,
ten a bien recibir de mi parte un abrazo de amigo,
cuando estalle la guerra estaré en la trinchera contigo.
 
Resumiendo,
sin voto y sin voz,
resumiendo,
que se pasa el arroz,
resumiendo,
dos bises y amén.
 
Resumiendo que tengo un cajón de la firma Pandora…
 
Resumiendo,
que te tengo ley,
resumiendo,
y nos dieron las seis,
resumiendo,
sin exagerar.
 
Una noche te vimos con Tola bajar la escalera,
yo rompía una copa y Javier destrozaba la hoguera.
 
Resumiendo,
Que me grita el escenario ven,
resumiendo,
pido un empujón, no te das cuen,
resumiendo,
que vomito con la televisión,
resumiendo,
me hace falta un polvo un buen rock and roll,
resumiendo,
nos veremos cuando se ponga el sol…

 
(Joaquin Sabina
Resumiendo...) 

miércoles, 9 de mayo de 2012

Un lugar especial...


(Foto sacada desde el balcón de mi cuarto...)

Hoy tomé un descanso en el paseo de la mañana.
Salir a caminar me gusta mucho y me relaja, pero tenía que hacer cosas en casa, y como por las tardes siempre voy de paseo con mi hijo, tampoco me importaba mucho prescindir del de la mañana.

Así que me he puesto a limpiar la casa más en profundidad, sin agobiarme, pero  tenía que darle un nuevo lavado de cara, que falta le hacía.

Cuando voy a limpiar el balcón de mi cuarto me he quedado ahí parada, en silencio, mirando el paisaje. He cerrado los ojos, disfrutando del momento, y he sentido  el aire cálido que me soplaba suave  en la cara.
Después he ido a por la cámara de fotos y he sacado un par de ellas para inmortalizar ese momento tan especial.  

Los pájaros no paraban de cantar. Si no hay nadie, se posan en la barandilla del balcón. Cuando los veo me suelo quedar quieta mirando desde dentro para no molestar, disfrutando de la belleza del paisaje y del pájaro que anda a lo suyo, pero siempre pendiente de cualquier ruido que le pueda asustar y marcharse. 
Vienen a menudo, se sienten a gusto en un ambiente en calma.
En esta época da gusto escucharles, qué alegría transmiten con sus sonidos, que me acompañan en el silencio de la mañana mientras me despierto.

Cuando he terminado con las fotos he seguido limpiando y mientras pensaba en lo afortunada que soy de vivir en un lugar tan bonito y tranquilo.

Desde mi cuarto se ve bien el campanario de la iglesia. El reloj no marca bien las horas. Debieron de cansarse de arreglarlo, porque seguido se volvía a estropear, así que desistieron y así se quedó . Sin embargo, toca todas las horas y las medias sin problemas.
Al principio, cuando lo pusieron nuevo, me costó hacerme a su repiqueteo continuo todas las noches, que a menudo me despertaba.
Ahora, en cambio, el sonido de las campanas, forma parte de mi sueño, de mi despertar y de mis momentos en este pueblo. Me gusta escucharlas.

Aunque no todos los sonidos  son alegres;  cuando muere alguien suenan diferente, avisándonos que un vecino del pueblo nos ha dejado.
Un nuevo recordatorio para los que vivimos; es momento de pensar que, aunque la vida sigue su curso, la muerte también forma parte de esta vida y hay que asumirlo, aprovechando y disfrutando de  lo que tenemos y lo que somos.
Unos dejan paso a otros, forma parte del ciclo vital: siempre doloroso cuando alguien se va y alegre cuando hay un nacimiento, una nueva alegría para la familia y para el pueblo.

(Foto sacada desde el balcón de la sala y lo primero que veo cuando salgo de mi casa...)

Aquí todos nos conocemos. Salgo del portal de mi casa, ya sea sola o con mi hijo de la mano, y nos saludan con naturalidad. A mi hijo  le llaman y le sonríen. Él no responde, pero se da cuenta del cariño que le muestran, sonríe y a algunos le extiende la mano para que le den una palma…”choca esos cinco le suele decir mi vecino de arriba”, luego  me da la mano de nuevo  y ambos reanudamos el paseo.


(Cerca del pueblo, precioso lugar de paseo...)


El pueblo donde vivo está rodeado de montañas,  aquí hay mucha afición a la subida por montaña, al senderismo y al alpinismo. El lugar invita a ello.

Si quiero ir a la playa puedo coger el autobús o en coche y en  unos  40 minutos estoy en la más cercana.

Prefiero la montaña, si quiero bañarme me desplazo a la playa y disfruto de unos momentos con la brisa del mar. Sin embargo, el aire de la montaña, el paisaje que veo desde mi casa, cuando paseo, forman parte de mi día a día,…de mi vida.



Hace ya casi 29 años que vine  de Madrid a este maravilloso lugar. Entonces con mcuhas dudas y algún que otro temor ante lo desconocido, pero con una mochila llena de ilusiones.


Aquí he encontrado mi sitio, y en los días como hoy, cuando miro este precioso paisaje y respiro esta paz,  es cuando más me alegro de haber dado ese gran paso rompiendo con mi anterior vida en la gran ciudad para asentarme aquí y formar una familia.

Hoy quería compartir en el blog este lugar, este precioso pueblo, que tanta paz me transmite y que me hace sentir especial por formar parte de él y de su gente.



(Un barrio del pueblo, también forma parte del paseo...)

 uxue...





Amada Vizcaya,
ayer por la mañana te vi
vestida de blanco
verde en la cabeza, fuego en el corazón
esbelta, maciza, hermosa
cuando pasabas junto al lado de mi deseo,
y tu dulce olor
trabajo, amor, mar
se adueñaba de mí.

Ayer por la mañana escuché
el eco de tu habla
la caricia de tu canto
sobresalto en el corazón
y flotando en lo profundo de tu eco
me fui saltando, volando.

Ayer noche,
junto al huerto de los antepasados,
te dedicaste a bailar y
a improvisar versos, alegre y picante,
seno prolífico
fuente inagotable.

Amada Vizcaya,
vestida de blanco
verde en la cabeza, fuego en el corazón
consuelo y dolor del sufrido poeta
amor y canto
tu suave habla
tu viva impronta
el candente de tu hierro
son hoy mi refugio.


(Benito Lertxundi
Bizkaia maite)



martes, 1 de mayo de 2012

El valor de las palabras...



Hoy ha sido  un día cansado, doble paseo con el viento en contra y el sol que al final se atrevió a salir después de tantos días de lluvia.

Después de la cena me he sentado a descansar y leer un rato.
Cuando conecto el ordenador me he encontrado con una grata sorpresa, un regalo que me ha hecho una amiga por e-mail y  que comparto aquí con vosotros. 

Me ha emocionado el detalle, me ha emocionado el video y sobre todo el mensaje que nos deja...






"Cambia tus palabras, cambia tu mundo..."


El lugar que me rodea

El lugar que me rodea