domingo, 8 de marzo de 2009

Mis primeros recuerdos...



Mis recuerdos....



Mientras cocinaba esta mañana puse la radio y sintonizaba la emisora de costumbre con sus canciones y sus comentarios. No me apetecía mucho seguir escuchando lo mismo y fui a la sala a buscar algo diferente. Encontré una casete de canciones que escuchaba en mi juventud. Entonces no existía aún el compact disc.

Era una cinta de un cantante, que en su momento sonaba bastante.

Ahora los gustos no son los mismos, pero algunas de esas canciones me siguen gustando, sobre todo después de tanto tiempo sin oírlas.

Oía la música y de repente me vinieron a la mente recuerdos de esa época. Una época en la que deseaba ser algo más que una joven insegura y llena de sueños.

Y es cuando he pensado en este baúl tan especial…el de mis recuerdos.


La mente es sabía y muchas veces nos protege de aquello que nos pueda lastimar. De ahí que guardemos en ese doble fondo aquello para lo que no estamos preparados afrontar y nos puede hacer mucho daño.

Hay recuerdos que he ido descubriendo a medida que iba madurando y me sentía más segura , aceptándome como soy.


Algunos de mis recuerdos irán saliendo momentáneamente del baúl para compartirlos. Otros, quedarán ahí dentro, donde deben estar.





Primero contaré algo de esa época para situar este recuerdo y el por qué estaba en ese lugar:


Nací en un barrio sencillo de Madrid.


Por circunstancias de la vida, con cerca de tres añitos me llevaron a un Internado en un pueblo pequeño de Navarra. Un colegio de monjas. Seríamos unas 200 niñas. Estuve allí hasta cerca de los ocho años donde me trasladaron a otro internado de Madrid de la misma congregación, y a solicitud de mi madre.


Del colegio de Navarra no tengo muchos recuerdos. Del día a día, como ir a clase, comer y dormir apenas tengo datos en mi mente.


Sí recuerdo cuando venía mi madre a visitarme unos días en verano en su época de vacaciones.

También recuerdo cuando repartían las cartas y la ilusión que tenía de que dijeran mi nombre y poder evadirme en ese momento con unas palabras, para poder sentir el cariño en esas letras, tan necesario para una niña. No hubo muchas cartas. De las que hubo apenas entendía la letra, pero eso no importaba, lo importante era sentir el contacto de ese papel y sentir que alguien ha pensado en ti cuando te ha escrito.


Hoy, mientras me picaban los ojos debido a la cebolla que pelaba, me venía a la mente un recuerdo más positivo y alegre. Siempre que pienso en él me hace sonreír, sintiendo algo muy especial del aquella época.


En el colegio no teníamos juguetes, ni dinero ni cosas materiales de nuestra propiedad. Yo deseaba tener algo que fuera sólo mío, un tesoro que no deseaba compartir. Algo que me hiciera tener ilusión cada vez que terminaban las clases y salía afuera. Un tesoro en el que pensaba cuando me despertaba y cuando me acostaba, que me hacía sentir especial. Porque era mío y era lo más importante para mí en ese momento.


Era lo único que tenía y a lo que me aferraba para poder seguir adelante dejando atrás los otros malos momentos.


El tesoro consistía en un papel con un dibujo que encontraba en la escuela. Lo recortaba y buscaba un cristal, si era de color mejor, quedaba más bonito y el tesoro era más preciado. El papel lo adaptaba al cristal y lo enterraba en la tierra que había afuera donde jugábamos. No lo metía muy al fondo, lo suficiente para que no se viera al pasar. Lo tapaba con la tierra, igualando el terreno para que no se notara.


A la hora de la clase iba contenta de haber conseguido mi tesoro, de tener por fin algo mío. Cuando salía afuera me iba corriendo a ver primero mi tesoro y, sin equivocación, daba con el lugar exacto donde estaba.


Recuerdo de una forma nítida, esos momentos; ese cosquilleo que sentía nada más terminar la clase para ver mi cristal con el papel. Y sobre todo, recuerdo la felicidad, que sabía se reflejaría en mi cara, cada vez que movía la tierra y veía aparecer poco a poco ese tesoro. Entonces me sentía la niña más feliz del colegio por tener algo especial. Sabía que no existía nada más, que eso era sólo mío y nadie podría quitármelo. Me sentía como una princesa en su propio cuento, pero no con príncipes ni riquezas, si no con un papel y un cristal que brillaba con el sol y que era mi más preciado tesoro. Siempre era el mismo tesoro, no necesitaba más. Siempre que lo veía sentía lo mismo y con igual intensidad.


Hacía mucho que no recordaba estos momentos de mi primera infancia. Y cuando lo hago me da por pensar cómo es posible que recuerde esto de forma tan nítida y no recuerde casi nada más de esta época.


Bueno sí, hubo otras cosas de esa época, no tan agradables, y prefiero quedarme con la que de veras mereció la pena de recordar. La que me ayudó a ilusionarme y sentirme especial en un mundo solitario y que no comprendía.


He tenido cosas materiales después, cuando fui más mayor y pude comprar si algo me hacía falta. Han sido cosas que me han hecho ilusión al momento…. Pero ninguna de ellas se compara con la sensación que tenía cada vez que veía mi tesoro en ese colegio de Navarra.

uxue

4 comentarios:

Carlos dijo...

Hermoso recuerdo uxue, dices que te sentías especial? Eres especial… una mujer muy especial.

Espero que sigas adelante con este baúl de los recuerdos, Un fuerte abrazo amiga.

uxue dijo...

Muchas gracias amigo.
Seguiré adelante... sobre todo por las personas a las que quiero.
Deseo que les ayude a conocerme más a través de mis vivencias y comprendan mejor el por qué de mi forma de actuar en varias ocasiones.
Un beso Charly

Mamen dijo...

Hola amiga.
Al fin he podido recuperarte. Gracias por darme el enlace a tu blog.
¿Sabe qué impresión me ha causado? ¡¡Formidable!! Sencillamente me encanta. Las palabras fueron lo que hizo nacer en mí la amistad por ti. Sufría por haberlas perdido. Y aquí te encuentro de nuevo floreciendo en cada post. ¡Qué autentica eres, amiga! He visto con tus ojos la niña que fuiste, es una imagen llena de ternura.
Aquí me tienes, toma mi mano y cuando la necesites, te ayudaré a ir sacando recuerdos de ese hermoso baúl.

Besos de tu amiga Mamen.

uxue dijo...

Hola querida amiga
Me has emocionado con tus palabras. Gracias por tu apoyo y por estar conmigo.
Será un blog diferente, más personal y con un objetivo principal... darme conocer a la gente a quien quiero.
Aquí me conocerás más y comprenderás mejor a la amiga que conociste en este mundo de Internet y donde la amistad ha seguido adelante.
Un abrazo enorme amiga. Gracias de nuevo.

El lugar que me rodea

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