martes, 31 de marzo de 2009

Un cuento




Había una vez un rabino llamado Baal shem tov, era muy conocido en su comunidad porque todos decían que el era un hombre muy piadoso, bondadoso, casto y puro, que D-s escuchaba sus palabras cuando él hablaba.

Baal shem tov se reunía con todas las personas del pueblo que tenían un deseo insatisfecho o deseaban algo, una vez al año y los llevaba a un lugar único, que él conocía en medio del bosque.

Una vez allí, cuenta la leyenda, que armaba con ramas y hojas un fuego de una manera muy particular y hermosa, entonces entonaba una oración en voz muy baja, como si fuera para el mismo....
Y dicen... que a D-s le gustaban tanto estas palabras, se fascinaba con el fuego armado de esa manera.
Quería tanto a esa reunión de gente en ese lugar del bosque, que no podía resistirse al pedido de Baal shem tov y concedía los deseos a todas las personas que estaban ahí.

Cuando el rabino murió, el pueblo se dio cuenta de que no sabían la oración que el rabino decía muy quedito, pero conocían el lugar en el bosque y sabían armar el fuego, así que siguiendo la misma costumbre, una vez al año se reunían y podían a D-s.
Ydicen... que D-s gustaba tanto del fuego encendido, gustaba tanto del lugar en el bosque, gustaba tanto de la gente reunida, que no podía resistirse y concedía todos los deseos.

El tiempo ha pasado... y aquí estamos nosotros...
Nosotros no sabemos cuál es el lugar en el bosque...
No sabemos cual es la oración...
No sabemos armar el fuego de esa manera...
Sin embargo hay algo que si sabemos.

Sabemos esta historia.
Sabemos este cuento.
Y dicen... que D-s adora tanto este cuento...
Que le gusta tanto esta historia...
Que basta que alguien la cuente...
Y que alguien la escuche...
Para que él, complacido...
Satisfaga cualquier necesidad...
Y conceda cualquier deseo...

A todos los que estén compartiendo este momento.

Así sea...


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