sábado, 28 de marzo de 2009

Dos rostros


¿Te has preguntado alguna vez, cuanta magia hay en un rostro que nos mira?,

uno, diez o cien. No importa cuantos.

Esos rostros, lo mismo que el mío y el tuyo, nos muestran la vida.

Detrás de esos rostros, del mío o del tuyo,

Se esconden viejas luchas. Recuerdos. Amores no correspondidos. Vida.

Detrás de esos rostros, del mío o del tuyo,

Hubo, hay o habrá: niñez, adolescencia, madurez.

Detrás de esos rostros, del mío o del tuyo,

Hay vida, y sobre todo en mayor o menor medida hay amor.

Cada uno de esos rostros, ha amado o ha sido amado.

Por alguna causa o razón algunos de ellos han permanecido solitarios,

Y otros han optado por permanecer juntos, tal vez por siempre.

Tanto tú como yo hemos vivido,

Y por lo tanto tenemos destinos forjados a base de confiar.

¿En qué?, me preguntas,

tal vez en todo y en nada a la vez.

Nuestras vidas no comenzaron juntas.

Tu tienes en tu cuerpo y hasta en tu alma, las huellas de vivir.

Cicatrices de la infancia, desengaños de la adolescencia, resignación y esperanza.

Nuestras vidas no comenzaron juntas.

Yo también, por mi parte tengo cicatrices que son el fruto de mi lucha,

Nunca me gustó aceptar las reglas y eso me costó caro.

Tu y yo. Dos rostros.

Con los problemas y las dudas de la adolescencia, pero amando y luchando.

Viviendo cada momento intensamente, pues sabemos cuan efímera es la felicidad.

Tu y yo, dos rostros,

Tu y yo, la vida.



(Diego Ferreyra)


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