domingo, 23 de octubre de 2011

Un paseo diferente...



Hoy el día se ha levantado claro, con viento del sur y una temperatura agradable que invitaba a pasear y disfrutar del aire puro y sano, al igual que del paisaje, que se mostraba limpio y  libre de nubes.

En el paseo de la mañana todo fue normal, salimos con los jerséis puestos, pues estos días atrás había refrescado bastante, pero a medida que avanzábamos en nuestro recorrido el sol nos calentaba y tuvimos que quitarnos el jersey. Mi compañero no quería quitárselo, le gusta llevarlo, pero al ver que yo  me lo he puesto en la cintura me ha dejado quitárselo y ha hecho el gesto para que se lo pusiera a él también en la cintura.
Así ha transcurrido el paseo sin contratiempos y  muy  tranquilo.

Por la tarde ha sido diferente…

El cielo se estaba nublando, el aire seguía persistente y la temperatura muy agradable.
No era necesario el jersey, porque hacía calor. Hice intención para salir sin ponérnoslo, pero no ha colado, él se ha ido a por el jersey y me señalaba para que se lo pusiera. Así que he cogido el mío y me lo he puesto en la cintura, así él también ha aceptado llevarlo en la cintura. 

Una pequeña concesión de cada uno, una nueva victoria para los dos.

Íbamos caminando como siempre:  parada en la fuente, cruzar la carretera por el mismo lugar y hemos llegado a un tramo que da a un polígono industrial,  libre de coches y muy tranquilo.

En ese tramo hemos visto a unos niños, de entre 8-10 años, uno llevaba a un perro con la correa y los otros le acompañaban.
Mi acompañante ha empezado con sus grititos que siempre da mientras paseamos. Los niños se han quedado mirando, una niña parecía algo asustada al no entender el porqué de ese ruido y ver que nos íbamos acercando hacia ellos. Ante estas situaciones les digo que anden tranquilos que no pasa nada. Mucho más no les puedo decir pues no comprenderían el motivo, así que sólo intento tranquilizarles, sin darle la mayor importancia.
Antes de decírselo a la niña uno de los niños se ha quedado rezagado,  llevaban un palo fino y desde atrás le ha pegado a mi hijo con él, le ha dado lo mismo que estuviera yo a su lado, no se ha cortado. No le ha hecho daño, pues llevaba el jersey en la cintura y le ha dado flojo,  pero ése no era el problema. Lo malo es el hecho, la intención de pegar a otra persona por el hecho de ser diferente a ellos y ante la incomprensión de lo que ven, reaccionan haciendo daño a los demás.
Cuando le he visto pegarle le he dicho que eso no se hace, apenas ha mirado ni escuchado.  El chico ha seguido adelante con una sonrisita y nosotros seguíamos nuestro camino.
Cuando miro hacia adelante veo a unos adultos que miraban hacia atrás. Intuí que serían los padres de los niños. Me  lo han confirmado y les he comentado lo que ha sucedido.
Les he dicho que no le ha hecho daño, pero que no está bien lo que ha hecho y que encima se ría.
El padre le ha llamado la atención bastante afectado y le ha dicho que pida perdón, a lo que yo he contestado que no se lo pidiera, pues mi hijo no lo iba a comprender, yo estaba bastante sensible en ese momento y no deseaba alargarlo más, quería seguir con el paseo y no darle más vueltas al asunto, ya que si lo alargaba sería más doloroso y eso era lo que no quería. 
Sólo quería que lo supieran para que le comente a su hijo y le ayude a reflexionar sobre lo que ha hecho y que no se debe pegar a nadie por ser diferente.

Con este tipo de situaciones me he encontrado en más de una ocasión. Sobre todo con niños que al no comprender lo que sucede reaccionan riéndose o, como en este caso, pegándole, ante los ruidos y los gestos diferentes. 
Y en esta caso   iba  de la mano con él.
Si no hubiera yo estado con él,… ¿qué habría hecho entonces el chiquillo?

Al cabo de tantos años conviviendo con esta situación y siendo consciente que puede darse en cualquier momento, podría haberme acostumbrado y dejarlo pasar. Pero una madre (o un padre), nunca se acostumbrará a que le hagan daño a su hijo, sobre todo cuando esta persona es más vulnerable que los demás.

Podría protegerle tanto a él como a mí del exterior, podríamos estar en casa encerrados como en una urna de cristal,…ahí es posible que nadie nos hiciera daño,…pero de esa forma nos perderíamos tantas cosas, sobre todo él, porque es quien más disfruta saliendo a la calle, tomando el autobús para ir al Centro de Día,  yendo a la piscina, corriendo a beber agua cuando ve la fuente, riendo, gritando y dando palmas,…y sobre todo…transmitiendo esa felicidad que se percibe  cuando se le mira y uno se contagia de su sonrisa.

Sé que habrá más situaciones como las de hoy, que habrá momentos en que uno se hace más consciente de las injusticias y las  debilidades  de uno mismo y de los demás.   Pero ésos son momentos que pasan y que a la vez nos hacen conscientes de la realidad y de lo que de veras nos importa.

Hoy, nuestro paseo fue diferente,…aunque ha sido duro,  ya está olvidado y mañana volveremos a salir con las mismas ganas e ilusión que siempre.


uxue  

9 comentarios:

Estela dijo...

Eres buena porque yo en tu caso saco de debajo de mi refajo la espada de Star Wars y les persigo por todo el camino como hasta hacerlos correr bien lejos... jejeje.

Besos ^.^

uxue dijo...

Hola Estela, mira que mi hijo le sacaba dos cuerpos, con su casi 1.80 de estatura y fuerte...pero ni eso le asustó al chiquillo.
En esas situaciones no suelo enfadarme. Lo que intento, y pocas veces consigo, es controlar mis emociones sobre todo públicamente y delante de mi hijo,...es lo más difícil. Lo demás no me da tiempo ni fuerza para pelear con nadie, no merece la pena...
Gracias por tus palabras.
Un besote!!

Sor.Cecilia Codina Masachs dijo...

Te comprendo, y no debes encerrarte.
Los que somos diferentes por una causa u otra siempre nos ha tocado encajar la maldad de los otros. Tu hijo no comprende muchas cosas, pero entiende lo que es el el amor y el desamor.
Dale un beso de mi parte, de otra que fue diferente
Sor.Cecilia

uxue dijo...

Tanto las personas como los animales tenemos algo en común que no necesita de palabras: es el amor que dedicamos a quienes queremos, el cariño que se pone en lo que se hace, que se comprende sin hablar.
El amor es el lenguaje universal para todos.
Gracias por tus palabras Sor Cecilia y por tu empatía en la gente diferente. Y gracias por el beso, se lo daré de tu parte.
Un beso para ti también

METAMORFOSIS dijo...

Pues Uxue,lo que yo puedo decirte es que entiendo que para ti haya sido duro, pero si los padres de ese otro niño son personas como dios manda, para ellos si tiene que haber sido duro!!!! para mi en su caso lo sería.....el darse cuenta que al menos en algo están fracasando como padres, y es en educar a sus hijos en condiciones, porque con esa edad, 8 o 10 años, ya deberían saber y ser conscientes de estas cosas, de que hay niños, y personas en general, que son diferentes. Con 10 años aún no han aprendido en su casa lo que es el respeto???? que triste!!!! de veras, compadecete de ellos, de esos padres, ¿¿¿que pueden esperar el día de mañana de sus hijos si no le ponen coto a esos comportamientos????
Tu hijo por que no es consciente de x cosas, pero tienes otros hijos y creo y si no tu me dirás si con 10 años no sabían lo que es respetar a los demás, sean como sean....
A donde vamos a llegar???
Un abrazo para ti y tu niño. No te apenes, la pena la dan ellos.

uxue dijo...

El padre estaba bastante afectado.
Al principio él no entendía qué había sucedido. Yo sólo le dije lo que había hecho pero no quise alargarlo más, ya se que encargaría de su hijo. Mientras caminaba oía al padre regañarle al niño con insistencia, pero no me quedé, yo me fui y les dejé con ello.
Creo que ese día el niño aprendió la lección, esa impresión me dio por lo que la forma de hablar el padre con el chico, sin chillar pero con determinación.
No estoy apenada, fue el momento que es inevitable, pero pasó y ya no le di mayor importancia. Hoy el paseo ha sido alegre, bullicioso de su parte y tranquilo.
Gracias por tus palabras Metamorfosis.
Un abrazo grande

Carmen dijo...

Así de crueles son los niños. No sé si lo hacen por miedo o simplemente porque no les gustan las personas que son diferentes a ellos, pero la crueldad es manifiesta en estos casos. Comprendo tu dolor, y me alegro de que tu hijo no se de cuenta de estas cosas, porque imagino lo mucho que podría llegar a sufrir por verse rechazado de esta forma tan injusta.

Es deber de los padres educar a nuestros hijos, hacerles ver que en la vida hay personas que por circunstancias no pueden ser iguales que nosotros, y precisamente esas personas son los que más necesitan de nuestros cuidados y nuestra comprensión.

Haces muy bien en salir con tu hijo, darle paseos y en general, hacer una vida atractiva para él. Hay gente que por evitar situaciones como la que nos has descrito, tienen a sus familiares encerrados en casa y los pobres no pisan jamás la calle. Esto me parece antinatural y suma más dolor a la vida de estas personas.

Amiga, ¡qué grande eres, como admiro en ti tu espíritu de superación! No cambien nunca (sé que no lo harás)

Un abrazo enorme.

uxue dijo...

Hola Gloria
Eres grande amiga, muchas gracias por tus palabras.
Sabes que eso no hará que cambie mi forma de actuar y de pensar.
Igual que fue ya pasó, yo me siento bien de tenerle y de disfrutar con él los paseos diarios.
Un abrazo grande

Eleonora Beatrice dijo...

Estimada Uxue, un gusto conocerte. Me ha gustado mucho tu relato, con gran hunmor transmites situacines reales y complejas.
Cariños!

El lugar que me rodea

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