domingo, 19 de diciembre de 2010

Cambios de ánimo







Hace mucho tiempo que no hablo de mis paseos.

Y no es porque ya no los haga, sigo paseando por los mismos lugares, a las mismas horas y con la misma persona. Mi compañero incondicional e incansable.

Somos casi un año mayor desde la última vez que hablé de nuestros paseos. Pero el sentimiento y la ilusión por tenerle siempre a mi lado y percibir el calor de su mano es la misma.

Hoy hacía fresco, las montañas están cubiertas de nieve y el cielo azul presagiaba una nueva helada.

Daba gusto caminar con un día tan despejado, viendo a más personas que se han animado a disfrutar de este día tan bonito.

Hace tiempo comenté que habían puesto un paso de cebra justo en el cruce a otro camino que teníamos que pasar dos veces en el recorrido.

Pues hace poco tuve la grata sorpresa de ver que también nos han puesto luces en un tramo del recorrido que estaba muy oscuro y que había peligro de caer.

En su momento fui al ayuntamiento a pedir que iluminaran ese trozo. No recibí respuesta, pero al cabo de unos meses observé que estaban rompiendo el suelo. No sabía por qué. Vi que había huecos cuadrados y seguía preguntándome el motivo.

Cuando una tarde, mientras paseaba, vi a unos electricistas que estaban haciendo el enganche para las luces.

Menuda alegría me dio eso, ya no sólo el hecho de poner las luces, también porque cortaron ese tramo de carretera a los coches para que pudiéramos pasear con tranquilidad y disfrutando mejor del paisaje.

Así que ahora nuestros paseos son más tranquilos, más iluminados y seguros.

Esta tarde, mientras caminaba de la mano de mi compañero, iba enfrascada en mis pensamientos, como me pasa a menudo en estas ocasiones.

Pensaba en lo distintos que pueden ser los días según el humor de cada uno.

Pensaba en que mis paseos de un par de meses a esta parte son muy variables en cuanto a mi estado de ánimo.

Unos días han sido ligeros y amenos, y otros he sentido una carga pesada por todo lo que tenía en la cabeza y que no me relajaba.

En el paseo de la tarde me ha venido a la mente un cuento que he escuchado en más de una ocasión, y que siempre me da qué pensar, por lo real que me parece:

El cuento se titula “El rey ciclotímico”, que escuché a Jorge Bucay en "Déjame que te cuente".

En él habla de un rey que solía tener cambios de humor constantes, y según fueran estos cambios así actuaba con su pueblo.

Si él se encontraba bien, su pueblo se beneficiaba; pero si se encontraba mal, el pueblo salía perjudicado.

El rey era quien más sufría por estos cambios, quería a su pueblo y sufría cuando les hacía daño. Pero no podía evitarlo y no sabía qué hacer para solucionarlo.

Los magos del reino no pudieron encontrar la solución al problema y este rey se sintió aún más apenado por ello.

Un día llegó un viajero y le dijo que él sabía la solución.

El rey se puso contento y le pidió que le ayudara.

El viajero le regaló un anillo muy especial con una inscripción que tenía que leer cada vez que se lo ponía por las mañanas.

En la inscripción decía:

“Debes saber que esto también pasará”


A menudo pienso en esta frase,..."Esto también pasará".

Tanto lo bueno como lo malo.

De ahí que cada vez que estoy viviendo un buen momento intento disfrutarlo a tope, aprovechando ese momento mientras dure.

No lo cuestiono, ni pienso en que puede acabarse; me limito a disfrutarlo como viene.

Cuando el momento que vivo no es agradable pienso en esto que dice el cuento:

“Esto también pasará...”.

Pero, aún sabiendo que pasará, a veces se hace cuesta arriba el sentir que desaparece la alegría, que lo que tanto nos ha hecho reír ya no está al alcance de nuestra mano.

Que lo que tanto deseábamos y para lo que habíamos puesto tanta ilusión ya no es posible.

No es un consuelo, es una realidad, aunque duela en ese momento, soy consciente de que así será.

Sé, estoy segura, que estos momentos también pasarán, …

Intento dejar que las cosas sucedan. Intento no desesperarme en lo malos momentos y vivir los buenos a tope.

Esta es mi filosofía, es lo que intento, pero a veces cuesta tanto...


Hoy mi paseo ha sido como el carácter del rey, ciclotímico, con momentos buenos y otros menos buenos.

Llegué a casa y me tomé un chocolate caliente para calentarme por fuera y por dentro. No hay nada mejor que un buen chocolate para levantar el ánimo.


Y mañana saldrá el sol de nuevo, me levantaré, miraré por la ventana de mi cuarto desde donde se ven las montañas con nieve y pensaré...”esto también pasará”.

O puede que haya pasado, quien sabe... la vida da muchas vueltas y no para de sorprendernos.


Me dejaré sorprender...porque eso también va a pasar.




uxue

2 comentarios:

Corina dijo...

Hola Uxue!

Precioso lo que escribiste en este post. Qué reflexión más serena! Es la palabra que mejor me cuadra para apreciar ese texto sobre los cambios de ánimo que describís tan bien.

Estaría muy bueno que todos pudiéramos adoptar esa postura ante los momentos de la vida. Es una reflexión madura que comparto totalmente.

Muy buen momento el tuyo!

Un fuerte abrazo!

uxue dijo...

Hola Corina!

Es un placer volver a leerte.
Muchas gracias por tus palabras y por estar ahí.

Felices Fiestas!!

Sé que andáis con mucho calor por ahí. Aquí, en cambio, ha hecho mucho frío en los días de Nochebuena y Navidad.

Un enorme abrazo!!!

El lugar que me rodea

El lugar que me rodea