jueves, 4 de junio de 2009

Mi Buenos Aires querido


Sentado al borde de una silla desfondada,
mareado, enfermo, casi vivo,
escribo versos previamente llorados
por la ciudad donde nací.


Hay que atraparlos, también aquí
nacieron hijos dulces míos
que entre tanto castigo

te endulzan bellamente.

Hay que aprender a resistir.


Ni a irse ni a quedarse,
a resistir,
aunque es seguro
que habrá más penas y olvido.

2 comentarios:

Carmen dijo...

¡Qué bello poema, como todo lo que pones de Juan Gelman!

Gracias por compartirlo.

uxue dijo...

Me alegro que te haya gustado, es un poema corto y especial, con mucho sentimiento.
Un abrazo Gloria

El lugar que me rodea

El lugar que me rodea